Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

Olga y Los Ministriles 'galleguizan' la jota: ¿un dislate?

El folk aragonés no solo sigue creciendo sino que, cual Ebro en época de avenida mayor, se desborda, se sale de su cauce tradicional para emparentar con otras músicas y otros territorios. Carmen París arreboló la jota, sacándole colores rumberos y ahora jazzísticos, Biella Nuei viajó a Marruecos con Azawan, el recién nacido Maut se faja con el rock y la electrónica y Hato de Foces, por citar rápidamente, le incrustó vetas de lo más variopintas a la música tradicional aragonesa, desde una guitara heavy en 'Conde luna' a un ritmo de hip hop en 'El baile', por no esquinar sus devaneos con el vals, la habanera, la música de baile (que ellos denominaban 'piridance') o el enmascaramiento de una jota tan clásica como 'La magallonera' vía 'Oleay'; todo visto “con los ojos de la musicalidad, del respeto y de la renovación”, según comentaban tiempo atrás a este periódico.


Hato de Foces ya ha desaparecido, pero su herencia se mantiene firme y vigente en sus postulados renovadores y atrevidos y en su base humana a través de Olga y Los Ministriles: Salvador Cored y Olga Orús fueron los fundadores del grupo y ahora son  los artífices de los Ministriles, que estos días acaban de poner en el mercado su segundo álbum, 'Mai', que ha editado el sello municipal 'Delicias Discográficas'. Una muestra más de la osadía del grupo para desbordarse creativamente y musicalmente.


En el disco se remueve la sonoridad del sirtaki en 'La repuñetera', se combina bolero y fabla en 'Dime que sí', resuena lejana la rumba en 'Por el camino del río', asoma el fado… y, por los clavos benditos, la jota se 'galleguiza' en 'Joteira en sol'. Rebose total de aguas, pero sin perder la cordura, salvo que se mire con ojos puristas, porque si es así, los calambrazos estomacales están asegurados. Salvados Cored ya lo explicaba hace años: "El único límite que nos auto-imponemos es el del buen gusto; siempre, eso sí, según una música con timbres netamente folkies y con una mirada extremadamente respetuosa a la tradición musical aragonesa".


Con estos límites y con esta visión tan peculiar del folk han rubricado este segundo disco, formado por piezas populares, propias y ajenas, como ese hermoso 'Mai', de Gabriel Sopeña, que da título al disco y que antes cantó Labordeta e incluso Manolo García. El folk aragonés, sin límites. Ortodoxos y heterodoxos tienen materia para debatir, pero si por medio hay belleza y una voz femenina tan cautivadora como la de Olga… ¿Producen calambres estomacales estos experimentos? ¿Es un ataque al purismo y a la raíz del folk? ¿Un dislate? ¿Vale todo con tal de arrancar la jota de su tradicionalismo?¿O por encima de todo, la belleza y la innovación?


Lástima que no encuentre en YouTube ninguna de las nuevas piezas de este segundo disco de Los Ministriles.


http://www.youtube.com/watch?v=hGDQJFoIHxc

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