Blog Cuarta dimensión

por Carlos Bogdanich

Pirómanos o incendiarios

bonzo
bonzo

Enfermedad o delito:

El fuego siempre nos atrae, nos encandila, nos ilumina, nos aporta calor y numerosos beneficios cuando está controlado. Es símbolo del poder y del proceso natural de la Trasmutación. Pero qué pasa cuando él nos domina, cuando lo usamos como herramienta destructora. Últimamente en nuestra sociedad están apareciendo numerosos "focos" en este sentido. Personas que utilizan el ígneo elemento con distintos fines para lo que fue creado y poniendo en peligro la vida y los bienes de los demás, incluyendo la propia.


¿Es eso un comportamiento enfermizo o criminal?. La Piromanía (del griego p?rós, "fuego") es una enfermedad psicológica del trastorno del control de los impulsos que produce un gran interés por el fuego, el cómo producirlo y admirarlo. El pirómano o piromaníaco, cuando realiza su acción, siente una gran liberación y un intenso placer al encender el fuego, contemplarlo e incluso participar en las labores de su extinción y daños colaterales. Los estudiosos e investigadores dicen que su curiosidad y atracción por el tema, les lleva incluso a acercarse y admirar los centros de bomberos. Toda una actitud destructiva de la que, la mayoría de las veces, no son conscientes de su trascendencia y riesgos. Pero al pirómano no hay que confundirlo con el 'incendiario', personaje abyecto que sí es consciente de su acción y que sólo le motiva la idea de hacer daño con ánimo de lucro, venganza o vandalismo.

Nerón no quemó Roma:

Un caso histórico de incendiario lo tendríamos en el propio Nerón, si pudiese constatarse fielmente la versión a la que estamos acostumbrados a escuchar. Según algunos investigadores estamos convencidos de que Nerón quemó Roma, por el contenido del libro Quo vadis? del autor polaco Henryk Sienkievicz del 1896 que luego fue llevada al cine con gran éxito. Entre otras cosas, los detractores de la versión del "incendiario" Nerón, documentan el hecho de que las casas de la zona pobre de la Roma de entonces, estaban construidas en débiles maderas y que muchas de ellas contenían líquidos como aceites y elementos altamente inflamables.


El 'quemarse a lo bonzo' es otra "variedad" piromaníaca. En este caso lo  hacen como inmolación o suicidio rociándose con líquido inflamable y prendiéndose fuego en público con un fin de protesta, desobediencia civil o acción solidaria de algún tipo. Su origen viene de los monjes budistas como protesta a la invasión de Indochina por el régimen vietnamita.


En Occidente, menos mal, utilizamos otras formas de protesta con mayor o menor suerte. Pero la endiablada actitud de quemar contenedores u otros objetos, no denota más que una total falta de principios junto a un desprecio por la comunidad y sus habitantes. Los "actores" de dichos atropellos no pasarán a la historia como pioneros de un ideal, quedarán marcados kármicamente, como simples 'títeres vandálicos' a la espera de que la Ley les haga pagar su delito y rencor.


Felices pesadillas...






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