Imposible. Hay un debate entre la conveniencia de tener un árbol natural o artificial. Los viveristas defienden el natural, porque no se ha contaminado en su producción y se puede reciclar después. Los ecologistas apuestan por el artificial, que se reutiliza año tras año. Si se adquiere uno natural, es importante saber que el árbol no vivirá nunca después de las fiestas, porque se ha sacado de la tierra y se han cortado sus raíces para que quepan en la maceta. Pasada la Navidad, hay que llamar al Ayuntamiento para que lo recoja y pueda aprovecharlo en la elaboración de compost. Nunca hay que intentar replantarlo en un bosque cercano.