Al margen gustos y preferencias musicales, es una colección, no solo modélica, sino única en España, y quién sabe si fuera también. Me refiero a la colección de disco-libros de Prames, editorial zaragozana que, con apoyo institucional, lleva más de una década editando suculentas obras de arte gráfico, cultural y musical.

En esencia: libros del tamaño de un CD que en sus tapas de cartón duro encierran 96 páginas de información y fotos, así como un disco; pero no un disco comprado a una discográfica o sacado de cualquier armario trastero para justificar la edición, sino un disco exclusivo, trabajado a conciencia y siempre buscando una forma ingeniosa de tratar la música que encierra, lo que obviamente da lugar lo mismo a grandes logros como a meteduras de pata. Algo consustancial al riesgo. Plácido Serrano, conocidísimo periodista e histórico de la radio local zaragozana, es el alma mater e inventor de la colección.

Colección que ha tratado temas relacionados fundamentalmente con el pasado y la cultura aragonesa: el folk de Chicotén, cupletistas de Aragón, música de catedrales, música en la Aljafería, electrónica aragonesa, Distrito 14 en Cuba, Buñuel, Alan Lomax en Aragón, Labordeta, Goya, la jota ayer y hoy, música para el mudéjar con Javier Mas…, y, en fin, todo un abanico de aspectos y músicas que, ya digo, pese a su diversidad tan contrapuesta –que, por otra parte, es otra de sus virtudes- ha conseguido asentarse como una colección de gran prestigio no solo en Aragón sino también en algunos puntos fuera de aquí (el otro día un colega catalán me hablaba exquisiteces de ella y me indicaba que en una tienda de Barcelona está disponible de forma bien visible).

Si me hago eco en el blog de esta gran aportación cultural es porque acaba de salir un valioso ejemplar dedicado a las canciones anarquistas y libertarias que se han hecho a lo largo de la historia, con excelentes textos del historiador Julián Casanova y el mismo Plácido Serrano, amén de una documentación gráfica excepcional y el correspondiente disco grabado por cantautores, un grupo vocal, una banda provincial, un coro clásico… en una mezcolanza algo polémica y extraña que, aún con todo, no socava su valor, pero también, y es lo más preocupante, y de ahí también esta entrada en el blog, es que quizá este podría ser el último volumen de la colección. Son los rumores que me llegan. Y sería una pena, porque aún queda mucho territorio por explorar y muchas ideas que desarrollar. A ver qué ocurre. Pero ahí queda ese casi medio centenar de opulentos disco-libros. Ay, si las grandes discográficas se hubieran trabajado así sus ediciones… Igual se hablaba menos de piratería.

¿Conoces la colección? ¿Qué opinión te merece?