Blog - Tinta de Hemeroteca

por Mariano García

¿Quién asesinó al soldado americano Neal Gainer?

Hoy, un suceso macabro, al cual no se le dio en su época la relevancia que se le habría dado hoy. Así lo contaba Mariano Banzo el 11 de mayo de 1975:

El pasado viernes, poco antes de anochecer, un joven de 16 años, alumno del instituto que existe en el sector americano de la Base Aérea de Zaragoza para los hijos de los súbditos de Estados Unidos, estaba paseando a unos 200 metros del límite de la base, cuando descubrió un hueso que, por sus especiales características, pensó era de un ser humano. Con rapidez, y visiblemente asustado, avisó a la Policía americana, y también se personaron en aquel lugar algunos números de la Guardia Civil de Casetas.

El hallazgo se realizó en un camino vecinal que está próximo a la llamada finca de Bergua, que se extiende desde la carretera de circunvalación de la base hasta las cercanías de La Muela. El juez español ordenó que se cavara y, a poco de comenzar, apareció, envuelto en una manta y atado con una cuerda, el cadáver de un hombre en avanzado estado de descomposición. Prácticamente, pues su desaparición había sido denunciada hacía unos meses, sólo quedaba el esqueleto. Desde el primer momento llamó a todos la atención su altura, pues medía unos dos metros.

Se supone que los que enterraron el cuerpo lo hicieron muy superficialmente y las lluvias caídas en los últimos meses contribuyeron a remover la tierra. También pudo ocurrir que algún perro hurgara en la improvisada tumba y sacara a la luz el hueso que anteanoche fue encontrado por el muchacho americano.

Parece ser que la víctima es el soldado americano Neal Gainer, de 23 años de edad, que vivía en los barracones para personal militar que existen en las instalaciones del sector americano y trabajaba, desde hacía año y medio o dos años, en la Policía Militar. Se dice que estaba divorciado.

Cuando desapareció hace cuatro meses no se le dio al principio demasiada importancia, pero más tarde, en vista de que no aparecía, fue declarado prófugo. Circularon más de una vez insistentes rumores sobre su afición a las drogas, y puede ser que nos encontremos en este caso ante un ajuste de cuentas entre drogadictos. La Policía será la encargada de investigar sobre la extraña muerte de este soldado americano.


Como ven, no son muchos los datos que pudo conseguir Mariano Banzo en las horas siguientes al macabro hallazgo. Muy pronto las sospechas se centraron en el mundo de la droga. Algunos testimonios apuntaban que la víctima había facilitado información con la que se efectuó una gran redada en una base alemana. Fueran o no ciertos esos rumores, lo indudable es que la investigación caminó lenta en los días siguientes. El juez interrogó a varias personas, y al final acabó decretando el ingreso en la cárcel de dos soldados, compañeros de la víctima. Fue el 2 de junio:

Han ingresado en el Centro Penitenciario de Detención de Torrero los súbditos de los Estados Unidos por haber juzgado el juez instructor que existían en ambos indicios racionales de criminalidad en relación con la muerte del americano Neal Gainer, de 23 años, cuyo cadáver apareció hace un mes enterrado muy cerca de base aérea de Zaragoza, dentro de los límites de una finca privada. Estos dos americanos son los mismos que prestaron declaración la semana pasada ante el juez instructor don Julio Bonet. Después de ser interrogados por el juez, volvieron a la base, donde estaban vigilados. Los detenidos son blancos y se supone que solteros, por vivir en los mismos barracones que la víctima.

Según nuestras fuentes, también han prestado declaración ante el juez cuatro jóvenes estudiantes norteamericanos -tres muchachas y un muchacho- amigos de la víctima, que quedaron en libertad seguidamente. Después de lo que informamos en nuestro número del domingo, se confirman nuestras hipótesis del ajuste de cuentas y de la relativa que se trata de un asunto de drogadictos.

Parece ser que los organismos competentes enviarán una comisión rogatoria a los Estados Unidos para que tomen declaración allí a algunos sospechosos. Se tratará, sin duda, de antiguos soldados que prestaron su servicio militar en la base aérea de Zaragoza y ya fueron licenciados. Son estos nuevos pasos que se han dado en la investigación de un caso que se presenta arduo y difícil.


Pero el 8 de julio, casi dos meses después del hallazgo del cadáver, los sospechosos fueron trasladados a la base, donde quedaron a disposición del coronel jefe de las fuerzas aéreas norteamericanas en Zaragoza. Con ello, la investigación del crimen pasó a depender de la Comisión Mixta de Competencias, con sede en Madrid, que tuvo que iniciar un nuevo sumario. A partir de ese momento la autoridad castrense norteamericana era responsable del caso. Ni en HERALDO ni en algún otro medio nacional que he consultado he podido encontrar noticias sobre qué es lo que pasó a partir de ese momento, si los dos soldados sospechosos fueron condenados o puestos en libertad.


Y mañana...

El atentado de la calle de Albareda

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