Cuando las hormigas se convierten en plaga

Atareadas. Estos días, las hormigas corren como locas entre las plantas. Después de muchos meses de invierno, tienen la despensa vacía y tienen que llevar alimento a las crías. Además, han de procurar el sustento que las mantendrá el próximo invierno. Su principal alimento lo obtienen de la melaza azucarada que segregan pulgones y cochinillas.


Las hormigas nunca benefician al jardinero, más bien son un quebradero de cabeza, porque son estos mismos insectos quienes que colocan las larvas de pulgón y cochinilla en las plantas. Como buenas ganaderas, han cuidado de esas larvas durante el invierno y al llegar la primavera las colocan una a una en las plantas que consideran que les darán más producción. Son unos insectos tan inteligentes que si ven que las cochinillas no prosperan en las ramas bajas porque el jardinero las retira con la mano, colocan más larvas en las ramas altas, a sabiendas de que allí será más difícil llegar a ellas.


Es imposible librarse de las hormigas y en un jardín es mejor acostumbrarse a su presencia y compartir con ellas el espacio. En una terraza, sin embargo, es mejor mantenerlas a raya o de lo contrario todas las plantas tendrán alguna plaga en verano. Lo mejor es esparcir un poco de veneno entre las macetas para diezmar su población.

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