Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

DISCOTECA ABIERTA: Esperando a John Mayall

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''Blues From Laurel Canyon & Barewires'


A propósito de la inminente actuación de John Mayall en Zaragoza (22 de mayo), rescato una joya de la discografía del llamado 'padre del blues blanco', 'Blues From Laurel Canyon & Barewires', a la vez el disco que me inoculó el virus 'maligno' del 'mayalismo': desde entonces, desde 1971, pese a modas y vaivenes, continúo rastreando sus huellas discográficas cual perro sabueso. No me falta uno solo de sus discos oficiales y hasta ha sido uno de los pocos artistas, cuya devoción por él me llevó en tiempos a reponer muchos de sus vinilos por sus correspondientes ediciones en CD.


Digo 'disco', refiriéndome a ''Blues From Laurel Canyon & Barewires', y digo mal, porque en realidad son dos, que aunque publicados en 1968, salieron de forma separada e independiente. Pero aquí se editaron, ¡tres años más tarde!, en un pack doble y a precio reducido en aquellas suculentas ediciones de la Decca con la pegatina de '2LPs, 300 pesetas', o sea justamente por el precio de lo que por aquel entonces valía un LP, unos dos euros actuales.


De Mayall en España, hasta esta edición, solo se había publicado el álbum 'The Turning Point' en el que se incluía su famoso 'Room To Move', que, pegadizo y juguetón, sonaba en media Zaragoza a través de las añejas sinfonolas de los bares. Pero para entonces, año 1969, el de Manchester ya contaba con un gran prestigio fuera y con una discografía que abarcaba nueve LPs, que como tantos otros discos, por culpa de la España cutre y de las discográficas aún más cutres y refractarias al rock de fuera, aquí ni olerlos.


La cosa cambió un poco cuando Deram empezó a reeditar aquellos packs de dos discos al precio de uno y puso en el mercado joyas como la que me ocupa. Toda una revelación sonora. Aunque sin información (se cargaron el mismo texto de Mayall explicando la idea de 'Laurel Canyon') y con los discos cronológicamente cambiados. El pack se abría con 'Laurel Canyon' y se cerraba con 'Barewires', cuando cronológicamente se habían editado al revés: en mayo de 1968, 'Barewires', y en septiembre del mismo año, 'Blues From Laurel Canyon', aunque de eso, con la escasa información que por entonces teníamos, nos enteramos más tarde. Menos mal que respetaron los créditos  e incluso insertaron fotos del británico viviendo cual hombre de las cavernas, en taparrabos, en plena naturaleza.


Una estampa, por otra parte, que reflejaba el espíritu de 'Blues From Laurel Canyon'. Mayall lo concibió en las tres semanas de vacaciones que pasó en Los Ángeles, viviendo primero en casa del cantante de Canned Heat, Bob Hite, y luego en plena naturaleza, en solitario, en un paraje denominado 'Laurel Canyon'. Un espíritu, el del disco, solitario, naturista, esquemático y ribeteado por el psicodelismo que se encontró en California.


Las doce piezas iban engarzadas como si de una obra conceptual se tratara mientras que el blues afloraba de forma ácida y envolvente. Nadie como Mayall ha explorado las vías de un género tan inmovilista como el blues, pero él siempre -me refiero a sus años álgidos- le ha sacado punta o le ha dado la vuelta a los patrones clásicos, y aquí lo 'psicodelizaba' con un pequeño grupo de solo tres músicos, entre los que se encontraba el gran Mick Taylor a la guitarra, al poco sustituto de Brian Jones en los Rolling Stones.


'Laurel Canyon'', una obra de experimentación sobre el blues desde principio al final, era a su vez una respuesta al anterior 'Barewires', donde Mayall se había rodeado de una macrobanda de siete músicos y donde el jazz había aflorado sólidamente por vez primera en sus discos. Dos discos distintos pero complementarios, con un Mayall, que aunque aquí no lo supiéramos ya había dejado atrás a los Bluesbreakers de Eric Clapton y Peter Green.


No quiero cansar más, por lo que no entro a desmenuzar ambas joyas, que llevaría tres entradas o más como esta, solo las recomiendo vivamente para coger forma antes de que de nuevo -en su quinta visita a la ciudad- se deje caer por aquí el gran Mayall. Ya no tienen nada o casi nada que ver estos discos con lo que hace actualmente o lleva haciendo desde hace un montón de años, es decir, discos correctos, pero anodinos, sin la curva de riesgo y novedad que ofrecía este fabuloso pack, ese tipo de discos inoxidables   que se siguen escuchando con infinito placer. Esos discos que vuelves a escucharlos y a reescucharlos y no te cansas nunca de volver a 'picarlos', hasta el punto de que, aunque sea una bestialidad, te dices: "por mi, como si no vuelven a hacer más discos o la industria se paraliza, ya estoy servido". ¿No os ha venido en más de una ocasión este pensamiento?


Dejo dos youtubes: el primero perteneciente a 'Laurel Canyon' y el segundo a Barewires'.


http://www.youtube.com/watch?v=LLzYBTIDYO0&feature=player_embedded http://www.youtube.com/watch?v=XbzUMq2USP0

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