Blog - Tinta de Hemeroteca

por Mariano García

El joven que salvó la vida de seis niños en un incendio

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Cuando ideé Tinta de Hemeroteca, uno de mis objetivos era que el blog sirviera, gracias a la colaboración de ustedes, para localizar a personajes ya olvidados pero que en su día fueron noticia. Y así poder contarles lo que les ocurrió después. Lo he hecho cuando he podido, pero he de reconocer que en las últimas semanas he dejado varios temas pendientes, varios personajes cuyo paradero he averiguado gracias a ustedes y a los que no he hecho la oportuna entrevista. Trataré de recuperar el terreno perdido pero, mientras tanto, quiero lanzar otra botella al océano de Internet. A ver si podemos localizar a este héroe del 76 y saber qué ha sido de su vida en los últimos 30 años.

La noticia se publicaba el 21 de abril:

Ayer, a las diez y cuarto de la mañana, se produjo un incendio en el cuarto piso del número 5 de la calle Mayoral, debido a un cortocircuito en la instalación, que se encuentra en malas condiciones a causa de la antigüedad del inmueble.

En el momento de producirse el incendio en la vivienda, de la que es inquilino don Romualdo Ramón Fernández, seis hijos de éste se encontraban en el interior. Ardió el total del mobiliario de dos habitaciones, ropas y diversos enseres almacenados en un cuarto trastero. Antes de recibirse en el cuartel de Bomberos la llamada, diversos vecinos y transeúntes contemplaban los efectos del siniestro, visibles en una pequeña ventana, por la que los seis niños pedían socorro, sin que nadie reaccionara. En estos angustiosos momentos pasó por el lugar de los hechos un joven motorista, don Mario Navarro; quien, dejando su moto en el suelo, subió rápidamente hasta la vivienda para bajar, a los pocos minutos, con los niños a salvo. Son estos Mary, de doce años; Manolo, de diez; Romualdo, de nueve; Basi, de seis; José, de cuatro, y Angelito, de tres años. Los niños fueron recogidos en el bar 'El Tropezón', hasta la llegada de su madre, que se encontraba efectuando unas gestiones.


Y, como es lógico, enseguida HERALDO se puso manos a la obra para localizar al héroe y hacerle una entrevista. Se publicó el 23 de abril:

En nuestro número del pasado miércoles se informó en la sección de sucesos de un hecho heroico que tuvo como protagonista a un joven de 22 años, Mario Navarro, que rescató a seis niños en un incendio que se produjo en el cuarto piso de la casa número cinco de la calle Mayoral de nuestra ciudad. Ayer pudimos dialogar con Mario Navarro, quien nos ofreció su versión de los hechos.

-Yo estaba por cuestiones del trabajo -nos dice-, en el interior de una tienda que hace esquina a la calle Mayoral, cuando pude notar que cerca de allí se había congregado un grupo de unas veinte personas y que en una vivienda de las inmediaciones se había iniciado un incendio. La señora de la tienda dijo entonces que en aquel piso que se estaba incendiando vivía una familia con seis hijos y que tal vez, dada la hora en que se produjo el hecho, los niños estaban allí dentro. Al oir estas palabras me alarmé y me dirigí a la casa. Vi que las personas que se hallaban en el grupo hablaban también de los niños y del peligro que corrían, pero, por desgracia, nadie acertaba a hallar una solución rápida para salvarlos. Penetré en la casa y también comprobé que varios vecinos hablaban alarmados de lo mismo, pero que no se atrevían a subir por la escalera para socorrer a los seis niños. En vista de ello, sin pensarlo más, fui subiendo con rapidez hasta el cuarto piso. En el rellano de la escalera hallé a los niños.

-¿En qué estado se hallaban?

-Supongo que al ver su casa invadida por el humo decidieron salir al rellano. Pero no habían pasado de allí. Los encontré asustados, sin reaccionar. Tal vez el humo les había afectado. Estaban como aletargados.

-¿Qué hiciste entonces?

-Les pregunté si quedaba alguien dentro de la vivienda. Creo que uno de los niños aún estaba en el pasillo y que me indicó la habitación donde se había iniciado el fuego. Penetré allí y no pude ver nada, porque la habitación estaba completamente llena de humo. Recorrí el piso y, al no ver a nadie, salí al rellano. Dije a la niña mayor, de doce años, que cogiera a uno de sus hermanos, y yo tomé a otro. Después les fui llevando escaleras abajo con la máxima rapidez que nos era posible. Cuando llegamos al portal estaban llegando los coches de bomberos.

-¿Cuánto duró todo esto?

-Fue en realidad muy rápido. Creo que unos tres minutos.

-¿Cómo es posible que las personas que estaban en la calle contemplando el hecho no tomaran ninguna decisión para salvar a los niños?

-Es algo que no entiendo. No me explico cómo es posible esa pasividad cuando están en peligro vidas humanas. Pienso que en mi caso no hice más que algo perfectamente normal; por supuesto, no creo haber realizado ningún acto heroico, y por ello no deseo ninguna recompensa ni ninguna notoriedad. En realidad huyo de toda propaganda, porque no hice más que lo que debía hacer en aquel momento.

Mario Navarro, un joven melillense de 22 años, ha dado todo un ejemplo de solidaridad. Seis niños, hijos de don Romualdo Ramón Fernández, le deben tal vez la vida. Y lo más significativo y hermoso de esta historia es que el protagonista considera que su acción no tiene nada de extraordinario, no es más que la respuesta 'normal' de ayuda a quien con urgencia lo ha de menester. Por desgracia, estas actitudes no son frecuentes en nuestra deshumanizada sociedad, en la que puede darse el terrible caso de que varios niños se hallen en grave peligro mientras grupos de mirones son incapaces de mover un dedo por salvarlos.

Es posible que el Ayuntamiento de Zaragoza, en nombre de la ciudad, quiera rendir homenaje a Mario Navarro. Pienso que el mejor homenaje que podría rendírsele sería proporcionarle un trabajo fijo, puesto que, casualmente, he podido averiguar que ahora sólo dispone de un trabajo eventual. Puedo añadir que posee carnet de conducir de segunda y que trabaja de repartidor. Desde hace seis meses reside en nuestra ciudad y hasta ahora no ha tenido oportunidad de contar con un trabajo fijo.


No he podido encontrar una noticia posterior que mencionara algún homenaje o reconocimiento a Mario Navarro, pero a lo mejor es que no la he buscado bien. Resulta conmovedor el esfuerzo del periodista por encontrarle ocupación estable al héroe. Parece ser que el mejor premio en la época era un trabajo fijo. ¡Qué poco hemos cambiado!


Y mañana...

La rebelión de los niños contra el carro de la perrera

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