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por Mariano García

Un intento de linchamiento en el paseo de la Independencia

linchamiento
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Lo que me gusta de esta crónica es que está escrita desde lo que luego en literatura se llamó, con un poco de pedantería, la verdad, 'perspectivismo múltiple'. Aquí tienen un mismo suceso contado desde el punto de vista del presunto agresor, del presunto agredido, y del nada presunto policía. Juzguen ustedes mismos.

¿Y a que no adivinan quién hace un pequeño cameo?

Junio de 1914:

Antes de entrar a relatar los sucesos ayer tarde ocurridos en el Paseo de la Independencia, no es inoportuno advertir que la autoridad adoptó precauciones por si era necesario intervenir en derivaciones del acto maurista que se pensaba celebrar en el Círculo, conmemorando el triunfo del Sr. Ossorio en Caspe. Gracias, pues, a esta previsión del gobernador civil, no fue el de ayer un día de luto en Zaragoza.

Cada cual contó los sucesos a su modo, pero son fehacientes las declaraciones de los protagonistas, y a ellas nos atenemos sin poner siquiera una tilde por nuestra parte. Y además ahí va, por delante, la versión oficial de la primera autoridad de la provincia.

El parte oficial:

"Terminado escrutinio general elección distrito Caspe, reuniéronse 200 amigos Ossorio celebrar triunfo círculo maurista. Salida dieron gritos 'Maura, sí',' 'Viva Ossorio', formando grupo. En aquel momento un individuo llamado Felipe Manero Francés, de 23 años, soltero, carpintero, sin trabajo desde hace tres meses, gritó 'Mueran los asesinos de Ferrer' y, sacando la navaja, intentó agredir con ella a Elías Ossó, confitero de Caspe, que iba al lado del Sr. Ossorio. Inmediatamente la fuerza de seguridad, que estaba preparada, se arrojó sobre el agresor y lo detuvo, impidiendo agresión, teniendo que hacer no pocos esfuerzos fuerza Seguridad para impedir que los acompañantes del señor Ossorio se apoderasen, como intentaban, del agresor, habiendo resultado con algunas contusiones teniente Seguridad y el detenido. Este fue conducido a oficinas Vigilancia y ha sido puesto a  disposición juzgado. Reina tranquilidad, teniendo adoptadas de mi parte cuantas precauciones estimo".

El momento de producirse los sucesos que se narran en el parte oficial dirigido a Gobernación, fue de gran alarma y confusión en el Paseo... Se cerraron las puertas de algunos establecimientos. Las gentes que paseaban tranquilas por los porches y por el salón huyeron asustadas. Y un breve espacio fue interrumpida la vida normal en la importante vía zaragozana.

Felipe Manero es el presidente de la agrupación de 'Jóvenes bárbaros', que tiene el domicilio social en el casino republicano radical de Torrero. Felipe Manero Francés es soltero, tiene 23 años, carpintero de oficio, y hace tres meses que no trabaja. Vive en la calle de las Flores, núm. 3, tercer piso, en compañía de una hermana y de una prima hermana. Manero Francés es un joven instruido y ha escrito artículos políticos en periódicos republicanos. Actualmente se le sigue proceso por un artículo publicado en 'Ideal'. En la última huelga general de albañiles fue detenido como sospechoso de ejercer coacciones y pronto fue puesto en libertad por no caberle responsabilidad alguna en lo que se le imputaba.

A preguntas nuestras, contestó el presidente de los 'Jóvenes Bárbaros' lo que sigue:

-Yo iba paseando y no había determinado aún si pasaría la tarde en nuestro Casino de Torrero o si enderezaría el paseo por otro camino. En estas divagaciones de orden interno, pasé por frente al Círculo de los mauristas. Yo ignoraba que los amigos de Maura estuviesen de francachela en celebración del triunfo del exgobernador de Barcelona. Me han preguntado si yo intenté agredir al Sr. Ossorio. Autorizo al HERALDO para que haga esta declaración sincera y le quedaré agradecido: 'No conozco al Sr. Ossorio personalmente. Le he visto retratado en periódicos. Pero jamás le vi cara a cara. Hoy no me acordaba para nada del santo de su nombre ni me acordaba tampoco da que hubiese mauristas en el mundo'. Y en esto salieron en grupo muchos hombres. Al salir siguieron vociferando. Gritaban '¡Viva Maura!', '¡Viva Ossorio!', '¡Abajo el Gobierno!' o '¡Mueran los traidores!'. Este grito tan descarado, tan inicuo en las bocas que lo proferían, me sublevó; mi espíritu, que es la idea que todos los hombres llevan dentro, se rebeló, y no pude contener un enérgico '¡Mueran los asesinos de Ferrer!'; era preciso que alguien contestara a la provocación pública de aquellos hombres. Un sujeto de gorra clara se abalanzó sobre mí enarbolando un bastón o paraguas, no lo distinguí bien; tres o cuatro amigos suyos venían detrás airados a lincharme sin duda; me dio vergüenza echar a correr y permanecí quieto; cuando vi que la agresión era inevitable y que aquellos hombres me arrollarían, saqué la navaja y al primero que se acercó lo quise detener con el gesto oportuno entonces. Luego me sujetó el señor teniente de Seguridad, me defendió bravamente contra las iras de los mauristas y me trajo a las oficinas. Sobre el teniente y sobre mí cayó una lluvia de palos, golpes e improperios, que nos dejó molidos a los dos. Tan es así, que ruego también al HERALDO que haga constar mi reconocimiento a la Seguridad y al teniente singularmente, y después a la policía por el buen trato que he recibido de todos. Al menos se han portado humanamente y como hombres considerados.

Ei teniente, jefe de la sección de Seguridad, Don Narciso Vicente Remiro, fue ayer el héroe de la jornada. Sin su oportuna y eficaz intervención, auxiliado por los guardias Tomás Bueno y Timoteo Salas, solo Dios sabe lo que ayer hubiera sucedido. Dice el Sr. Remiro que al oir los vivas de los que salían del banquete y escuchar el grito de protesta de Felipe Manero, corrió con los guardias citados a impedir una colisión que creyó estaba a punto de estallar. Añade que el amigo del Sr. Ossorio contra quien hizo armas Manero, cayó al suelo cuando él llegaba y detenía al joven 'bárbaro'. Un grupo de mauristas se vino encima del agresor con ánimo de lincharle. El teniente con su cuerpo defendía a Manero; los guardias en vano hacían lo posible por contener a los exaltados y éstos descargaban golpes a palo de ciego, alcanzando algunos al detenido y los más al teniente de Seguridad.

-Así -dice el Sr. Remiro-, pude llegar a la puerta del Hotel Barrio, con la mano derecha lesionada, la cabeza dolorida y los brazos magullados. Metí a Manero en el portal de la fonda y cerré la puerta. Los mauristas parecía que querían echar la puerta abajo. Entonces salí y les exhorté a que se disolvieran. Luego fueron desfilando y cuando me pareció oportuno saqué a Manero por la calle de Ballestar y por la de Santa Engracia lo conduje a las oficinas. En la Casa de Socorro me curaron y enseguida di las órdenes oportunas a la fuerza para que las parejas estuviesen de servicio en los puntos donde la vigilancia debía ser redoblada.

D. Elias Ossó Gonzalbo es natural de Caspe, confitero, de 38 años, casado y hace 20 años se le siguió proceso por lesiones. Su declaración en el atestado instruido por el jefe de policía, Sr. Muslares, es interesante por ser uno de los protagonistas del suceso. Dice el Sr. Ossó que salió del Círculo maurista de los primeros, y en la esquina de la calle de Zurita se detuvo a esperar a su pariente D. Mariano Anós. 'Luego salió un grupo acompañando a D. Ángel Ossorio. Se dieron vivas. Un joven de aspecto obrero gritó: '¡Mueran los asesinos de Ferrer! ¡Muera Maura! ¡Muera Ossorio! Yo me adelanté al protestante, diciéndole: '¡Calle, calle usted!'. Y con la mano hice ademán de taparle la boca. El entonces sacó una navaja y me qu¡s0 agredir. Yo huí, y en la fuga caí al suelo. Mis amigos gritaban: '¡Maura sí!' y los guardias y un teniente detenían al obrero'.

Una comisión del Círculo maurista visitó al gobernador en su despacho oficial para darle gracias por sus acertadas medidas de precaución y la pronta intervención de los agentes de la autoridad en el incidente que se relata. Los mauristas significaron al Sr. Isasa su deseo de cerrar el Círculo anoche a fin de evitar derivaciones del suceso de la tarde. Pero el Sr. Isasa se opuso enérgicamente a esta pretensión y el Círculo permaneció abierto.

Después de lo ocurrido el gobernador tomó nuevas precauciones, estando vigilado el Círculo maurista y el hotel Europa, donde se hospedaba el Sr. Ossorio. También conferenció el Sr. Isasa con el jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, Sr. Mínguez, guardándose absoluta reserva acerca de lo tratado.

Ultimado el atestado con todo detalle, se dio aviso al juzgado de guardia, que lo era el del Pilar. Felipe Manero Francés fue visitado por amigos y correligionarios. Del suceso toca conocer al juzgado de instrucción de San Pablo.

En las oficinas fue curado Manero de varias contusiones en la mano derecha, cabeza y mejilla derecha y de una erosión en una pierna. El Sr. Ossorio, con varios amigos, asistió anoche a la función del teatro Circo. Por la calle de San Miguel y por la de los Sitios pasearon incesantemente cuatro parejas de Seguridad. En el expreso marchó a Madrid el señor Ossorio. La plaza de la Constitución estaba tomada -valga la frase-por agentes  de la autoridad de todos los cuerpos. Lo mismo ocurría en la estación del Campo del Sepulcro y sus alrededores. No hubo gritos y no hubo incidentes. El gobernador civil hizo saber a quienes importaba saberlo, que no toleraría el que se diesen vivas o mueras en la calle. Felipe Manero fue trasladado al Depósito municipal a disposición del juez instructor del sumario.


Pues sí, aparece de pasada el comisario Muslares. 

Por cierto que nuestro paisano Manero acabó trasladándose a Barcelona, donde se 'reconvirtió' en corsetero y se hizo cenetista. Fue asesinado en atentado en abril del 23.


Y mañana...

Una 'agustina de Aragón' en la España de Franco

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