Blog - Tinta de Hemeroteca

por Mariano García

El primer belén viviente de Zaragoza

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Antes de descansar durante unos días, Tinta de Hemeroteca se va a zambullir por completo en la Navidad. Empezaremos con este texto de 1967. Distintas fuentes señalan que el de la parroquia de San Lino fue el primer belén 'viviente' de Zaragoza. Por lo que se dice en este reportaje parece ser que no, que hubo alguno más antes, pero...

Navidad para todos. Y las figuritas del belén viviente del párroco de San Lino giran y giran, caminan, trabajan, cantan y bailan. El belén viviente de don Alfredo Gil, de mosén Alfredo, ha irrumpido en la Navidad zaragozana. Son ya tres años, tres Navidades, de girar y girar. A la tercera va la vencida. Y el belén del párroco de San Lino ha ido creciendo, creciendo, hasta asombrar a los zaragozanos.

-En Lourdes hay un señor que se gana la vida con un belén viviente de un solo motor. Lo pone en marcha y todo funciona.

-¿Cuántos motores accionan el suyo?

-Diecinueve motores de gramola, de setenta y ocho revoluciones.

El año pasado, el párroco de San Lino expuso su belén viviente en la parroquia. Este año ha buscado el marco de un jardín de la infancia, en unos grandes almacenes de la calle de Alfonso. Los numerosos visitantes dejan su óbolo en las bandejas preparadas al efecto, porque se trata de recaudar fondos con destino a la Escuela Profesional de San Lino.

La cuna del Niño Jesús se balancea. Los Reyes Magos se postran de hinojos, en actitud de adorar. Los pastores bailan de gozo y dan vueltas al aire. La rueca gira con más fuerza y la anciana hila que hila. El carpintero le da con brío a la garlopa. Los carros siguen su camino, con el lento rodar de sus llantas. La gente entra y sale del palacio de Herodes... Es un espectáculo insólito, con luz y sonido acompasando al movimiento. Es como un grito en el corazón de la ciudad. Navidad para todos. Los electricistas que han montado el belén, don Gregorio Molpeceres y don Jesús Rubio, comentan:

-Todo es artesanía pura. Todo es viejo, rudimentario. Don Alfredo Gil ha sabido aprovechar hasta lo que se tira para chatarra.

Hasta lo que se tira para los traperos. Don Alfredo Gil, el párroco de San Lino, es un hombre tímido. Esconde en su propia timidez la ilusión que le proporciona su obra. Parece no reparar en el asombro que causa en los demás.

-Todos hablan de su belén viviente.

-¿De veras?

No parece concederle demasiada importancia.

-Ya hice otro belén viviente en Santa Isabel.

-¿Cómo surgió la idea de éste?

-Un año, la Obra Helenista presentó un belén mecánico en la calle de San Jorge. Desde entonces pensé en la posibilidad de realizar este belén viviente.

-¿Cuánto tiempo ha necesitado?

-Unos tres años, aunque siempre vamos ampliando...

-¿Material utilizado?

-Es todo muy corriente. Chapa y alambre de acero. Luego, las figuras se mueven accionadas por los diecinueve motores de gramola.

-¿Potencia de estos motores?

-Muy poca. Sólo de cuarenta a cincuenta watios por motor.

-¿Se considera un experto en electricidad?

-El belén lo han montado los electricistas, pero yo he dirigido los trabajos.

-¿Qué le ha resultado más complicado?

-La pieza más complicada es el programador, que ha sido confeccionado con discos viejos de gramola. Pero lo más difícil ha sido la sincronización y hacer el guión sonoro.

-¿Resulta muy valioso este belén?

-El material vale muy poco. Lo que más ha costado es el tiempo y la idea. Llegar a que las figuras anden al ritmo del guión sonoro.

Don Alfredo Gil parece un tanto cohibido, un tanto asustado. Su belén viviente está ahí, causando el asombro de los zaragozanos, y él parece que no acaba de creerlo. Piensa en la Escuela Profesional de San Lino.

-Damos cursos nocturnos -explica- de electricidad, mecánica del automóvil, imprenta y hogar. El belén tiene por objeto recaudar fondos.

-¿Cómo responden los zaragozanos?

-Son generosos.

-¿Es el primer belén viviente con estas características?

-Así, con sonido, no sé de ningún otro.

-¿Lo vendería?

-No. Aunque bien podría hacer otro. Este tiene un valor sentimental. Hay dos figuras que son de los tiempos del Seminario...

Son esas mismas que giran y giran, caminan, trabajan, cantan y bailan. Esas mismas que han hecho posible el belén viviente del párroco de San Lino. Esta explosión de alegría y de vida viene a confirmar el sagrado principio de Navidad para todos.


No sé si en algún lado se conserva todo o parte de este belén (¿sabrán algo en la parroquia de San Lino, que está en el barrio de San José?), ni siquiera si se expuso más años en esos grandes almacenes, que tienen que ser los Gay. Pero seguro que algún lector acabará aportando algún dato valioso y me (nos) saca de dudas. 


Y mañana...

El año en el que 'El Morretes' dio una lluvia de millones

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