Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

Pearl Jam, pureza rockera

Mañana destaco el último disco de Pearl Jam como 'Disco de la semana' en el Muévete. De nuevo, la tropa de Eddie Vedder vuelve a hacer rock puro y de muchos quilates. Si en el álbum anterior reinaba la ira anti Bush, aquí el temario ha cambiado pero no así la acostumbrada visceralidad y energía de Pearl Jam. La entrada del disco, con 'Gonna See My Friend', es un puro homenaje a sus adorados Who, trilita pura, pero el culmen es 'Supersonic', a endiablada velocidad rockera. En el extremo opuesto están 'Just Breathe' y 'The End', dos sobresalientes baladas, la última con violines. Y en medio una pieza templada con toque U2, 'Untought Known'. En tiempos, en el 2000, cuando salió el directo del Palau San Jordi, escribí que "el grupo de Seattle es quizá la última manifestación más pura que queda del rock". Pues ante discos como este, el noveno  en estudio de la trayectoria de Pearl Jam, tal y como reitero en mi crítica de mañana, la sensación se acrecienta.


De los propulsores más insignes del grunge, junto a Nirvana, claro, me gustan muchas cosas: su energía, su elasticidad para combinar electricidad con baladas, su respeto y devoción por viejos mitos como Neil Young, Jimi Hendrix o The Who, su valentía para dejar en la gatera los pelos del grunge y meterse en arriesgados experimentalismos tal como rubricaron en 'Vitalogy', su compromiso político o también su capacidad para romper esquemas de la industria musical, como hicieron en la gira del 2000 en la que editaron un disco de cada ciudad por donde pasaron.


Puesta la lupa sobre su discografía, resumo brevemente lo que diviso. En plena eclosión del grunge, 'Ten' (1991) era un extraordinario disco con un conjunto de rabiosas canciones, entre el grito angustioso de su cantante y una tormenta de guitarras hard-rockeras. 'Versus' (93) continuó la línea del primero, pero 'Vitalogy' (94) rompería drásticamente con el pasado presentando a un grupo radicalizado en su sonido. Una trilogía de oro. Posteriormente, 'No Code' (96) amalgamaría estilos y fuentes diversas -desde el punk al hardcore o las baladas- para perfilar otro nutritivo disco con apenas contacto con el pasado y menos con el grunge. Con 'Yield', en el 98, Pearl Jam apostó decididamente por un nuevo sonido, más etéreo y reposado que nunca, línea que en cierta manera continuó 'Binaural' (2000), mostrando a un grupo capaz de acometer hermosas baladas bluesy-rockeras como 'Nothing As It Seems', o folky-rockeras con violines, aún más radiante, caso de 'Parting Ways', y moviéndose por lo general por un sonido tranquilo, lo que no quitaba para que la furia de antaño renaciera a través de rocks de corte setentero -'Gods´ Dice' y 'Grievance'- y hasta que por vez primera entrara en los terrenos más arquetípicos del rock´n´roll de los cincuenta, vía The Who, con 'Breakerfall'.


En "Riot Act" (2002) el quinteto pisó un poco más el acelerador y entregó un ramo de canciones más urgentes y electrizantes que en los dos álbumes precedentes, aunque por momentos había cierta sensación de repeticionismo. Aun con todo, varias canciones más que notables: 'Save You, una pieza sobre amistades perdidas de la que Vedder se sentía más orgulloso que de ninguna otra del disco, pues era la más fulminante y decidida; 'Love Boat Captain', con un órgano catedralicio detrás, sonaba apocalíptica; en onda 'destroyer' andaba 'Ghost', y hendrixiana resultaba '1/2 Full'. En la parte más pausada 'Thumbing My Way' era una pieza pseudo acústica inspirada en Barcelona.


En 2003, en ese anhelo por cuidar a sus fans, salieron con un doble, 'Lost Dogs', que contenía 30 piezas raras, de ellas 14 inéditas más una oculta. Su penúltimo álbum de estudio se publicó en 2006 con el mismo nombre del grupo. Aparecían de nuevo unos Jam rugientes y cabreadísimos contra Bush aunque en un momento, en la delicada 'Come Home' bajaban el pistón para pedir la vuelta a casa de los soldados americanos en Irak y marcarse un baladón de matrícula.  "Es difícil no estar cabreado en Estados Unidos en estos días", confesaban a la salida del álbum, justificando así su ira anti Bush.


Y ahora, el mentado 'Back Spacer'. Nueve álbumes de estudio y 20 años de carrera coherente y rock arrollador. No creo que, como alguien ha asegurado en una revista especializada, sean los grandes monstruos 'llenaestadios' que sustituyan a los Rolling, o a los mismos U2, cuando estos desaparezcan. Su nivel de popularidad es muchísimo inferior. Pero si siguen haciendo buenos discos y manteniendo su compromiso con el rock más puro y vital, como hasta ahora lo han hecho, ya es más que suficiente.


Ahí va, por cierto, el vídeo oficial del primer single del álbum, 'The Fixer'


http://www.youtube.com/watch?v=w_d6Km3QJFc

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