Gallarones entre las ramas de las encinas



Llega el invierno y todos nos ponemos a refugio. También los insectos necesitan una guarida donde esconderse o bien un lugar donde las larvas puedan crecer bien protegidas. Es habitual que los insectos pongan huevos en las hojas de las especies perennes, no solo porque se mantendrán en el árbol todo el invierno, sino porque presentan una mayor dureza. Otras veces, el refugio es un enorme palacio, como se puede ver en la fotografía. Es un gallarón que esconde multitud de larvas de avispa y que suele crecer en robles y encinas. Se trata de una excrecencia de gran dureza, parecida al corcho, y que en caso de caer se mantiene intacta.

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