Blog - Tinta de Hemeroteca

por Mariano García

1918: el año en que las Fiestas se suspendieron por la gripe

Vuelve Tinta de Hemeroteca y lo hace, durante unos días, en una doble versión: electrónica y en papel. A partir de hoy, el suplemento de las Fiestas del Pilar incluirá todos los días una versión reducida de lo que se publique aquí.  Y empezamos con un hecho poco conocido: las Fiestas del Pilar de 1918 se celebraron... en mayo de 1919. Ahora que todo el mundo está empeñado en extender la sicosis de la gripe A, conviene recordar que en 1918, cuando Europa se batía aún en guerra, la gripe causó estragos en España. Tanto, que se vio imposible celebrar las Fiestas del Pilar. Primero se pensó en retrasarlas e iniciarlas a partir del 20 de octubre. Pero pronto esa hipótesis se vio inviable. Así que hubo que tomar medidas excepcionales. HERALDO lo publicaba en primera página el 15 de octubre: 

Anteayer se reunió la Comisión de Festejos y, en vista de los acuerdos del Gobierno civil, por los cuales no pueden aplazarse las fiestas del Pilar, acordó trasladar íntegro el programa de ahora al mes de mayo, coincidiendo con las peregrinaciones de entonces y la conmemoración de la Reconquista de Zaragoza. Se harán las gestiones necesarias para la celebración de todas las festividades religiosas propias de las fiestas del Pilar.

Se pedirá a la Cámara de Comercio la Junta clasificadora acordada en la Asamblea del 8 del actual, y una vez que esta Junta diga las cantidades con que todos los señores comerciantes e industriales deberán contribuir, según el censo de dicha Cámara, se procederá a la oportuna recaudación, con objeto de preparar y ultimar con tiempo un programa en grande.

La Comisión de Festejos se reunirá con toda frecuencia procurando con el mejor deseo que las fiestas de mayo tengan el atractivo necesario para que el Comercio y la Industria puedan resarcirse de las pérdidas irrogadas por la suspensión de las fiestas del Pilar a causa de la epidemia reinante.


Y el resto de las páginas estaban dedicadas a contar el avance de la gripe, los estragos que causaba en Maella, Alagón, Escatrón, Fuendejalón, Brea, Calanda, Cadrete, Perdiguera, Luceni, Almonacid de la Cuba... En Zaragoza se adoptaron medidas excepcionales. Y es que la situación higiénica debía dejar mucho que desear.

En todos los templos, y especialmente en los más concurridos, se han tomado medidas para asegurar la ventilación, y el pavimento es regado frecuentemente con líquidos desinfectantes. Lo mismo se practica en los cafés, teatros, círculos y domicilios particulares. Ayer ser regaron cuatro veces algunas de las calles y, mientras duren las actuales circunstancias, se seguirá practicando la desinfección.

La alcaldía, como medida sanitaria, ha dispuesto que la extracción de estiércoles y basuras de las vaquerías, cuadras, etc., se verifique a partir de hoy de doce de la noche a seis de la mañana. En manera alguna de día. Además, la extracción se hará en forma que no se derrame estiércol por las calles, para lo cual se evitará llenar los carros más de lo que permiten los mismos.


El caso es que se suspendieron las fiestas. Bueno, no del todo. Se cancelaron los cinco festejos taurinos programados, en uno de los cuales estaba prevista la despedida de El Gallo (como suele suceder con los toreros, después se acabaría despidiendo varias veces más). Pero el caso es que la suspensión de las corridas fue un mazazo para las fiestas. A principios de siglo la parte fundamental del programa giraba en torno a la plaza de toros. Pero se mantuvieron abiertos los teatros: en el Principal, la compañía del Lara madrileño, con María Palou de primera actriz;  en el Circo, la compañía de opereta y zarzuela de Pep Berges, procedente del Novedades de Barcelona; en el Parisiana, la cupletista Adela Lulú. Y poco más. Se suspendió la procesión del día 12 (entonces no había Ofrenda), el Rosario de Cristal y actos como el homenaje que se le iba a tributar al maestro Bretón.

¿Y la gripe?

Pues la segunda oleada (había existido una en mayo) duró unas semanas más. En total, se calcula que la epidemia del 18 produjo en España 300.000 muertes, unas 1.000 de ellas en Zaragoza.


Y mañana...

1911: la primera Fiesta de la Jota

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