El fresno llena el espacio de color y resiste el viento

Elegante. Las especies de soto de ribera son siempre una buena opción para los jardines aragoneses, en especial para la provincia de Zaragoza. Están adaptadas al viento y al frío y crecen bien en terrenos abonados y bien regados. El fresno, en particular, es un árbol perfecto para un jardín grande para el cual se necesite sombra. Tiene un crecimiento rápido y llega a alcanzar los 20 metros de altura.


Lo mejor es plantarlo en un lugar soleado y preparar antes bien el terreno. No le gustan los suelos calcáreos, tan característicos de Aragón, pero aplicando una buena cantidad de materia prima puede enmendarse el terreno y lograr que el árbol llegue a buen puerto. Un cuidado que el árbol agradecerá mucho es la aplicación de un mantillo o acolchado, con el fin de mantener la humedad de las raíces y crear un humus vegetal que vaya enriqueciendo la tierra año tras año.


El fresno, acostumbrado a tomar el agua directamente del subsuelo cercano al río, tiene unas raíces que pueden resultar peligrosas si se planta cerca de un conducto de agua. Empeñado en encontrar la humedad, puede llegar a romper la tubería y causar un buen desastre. También habrá que descartarlo para un jardín con piscina, con el fin de que las raíces tampoco se desplacen buscando la humedad y causen alguna grieta.

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