Blog - Tinta de Hemeroteca

por Mariano García

¿Pero hubo alguna vez un zoo en Zaragoza?

Siempre he pensado que una subsección dentro de este no-blog debería estar dedicada a todo lo que pudo haber sido y no fue; a todos esos proyectos que se quedaron en nada o no salieron como se pensaba. Así que allá vamos. Empezaremos con un proyecto del que se habló mucho a finales de los 60: un zoo en Zaragoza. En agosto del 69, HERALDO entrevistaba al entonces concejal delegado de Parques y Jardines, Ángel García Muniesa. Y parecía que la cosa empezaba a pintar algo mejor. 


-¿Cuál ha sido el principal obstáculo para llevar a cabo la creación del zoo?

-Usted ya lo sabe. No sé para qué me lo pregunta. El dinero, desde luego. Hay, como comprenderá, problemas urgentísimos. El zoológico nos preocupa. Sólo esperamos que el presupuesto del Ayuntamiento crezca... Entonces habrá zoo.

-Sea optimista y dígame cuándo.

-Yo siempre soy optimista. Y puedo garantizarle que es muy posible, casi seguro, que para 1972.

-Creo que se instalará en los pinares de Venecia. ¿Por qué allí?

-El lugar es adecuado. En la ciudad -Dios nos libre- no tenemos sitio ni para meter un '600'. ¿Se imagina qué pasaría si tratáramos de colocar a los elefantes, focas, etc.? Además, el puente que se está instalando sobre el canal permitirá unir los pinares con esta parte del Cabezo. Esto, indudablemente, hará más fácil el lugar. Por otra parte, y aquí viene lo gordo, queremos que nuestro zoo sea original. Los animales estarán en plena libertad. Es decir, suprimiremos las jaulas. Es un buen sitio y podremos permitirnos el lujo de que las fieras estén en estado seminatural. Construiremos fosos para los tigres y leones. Y esperamos que la ambientación sea totalmente real.

-Volviendo al dinero, ¿se ha hecho un estudio sobre lo que costará el zoo?

-Todavía no tenemos concretado el proyecto. Una vez que dispongamos del dinero, el estudio es pan comido. Si calculamos que el terreno a ocupar será aproximadamente unos 60.000 metros cuadrados, solo con la construcción del recinto, instalaciones, etc., se sobrepasarán -pero bien sobrepasados- los doce millones de pesetas. Desde luego, esto sería únicamente el comienzo. Con el tiempo lo ampliaríamos.

-¿Cómo obtendrán las fieras?

-Este es problema aparte. Esperamos que muchas de ellas sean donaciones de otros zoológicos. Cuando todo esté a punto entraremos a formar parte de una sociedad de zoos. Esto nos facilitará la adquisición de los animales. Desde luego, con ello aumentará de nuevo la cifra antes mencionada.

-¿Cuántos animales, en principio, admitirá el zoo?

-Queremos traer, de momento, unas cincuenta especies. Sumarán un total de cien o doscientas fieras. Pero, como le digo, el número crecerá con los años.

-¿Habra alguna novedad entre los diversos tipos de fieras?

-En principio, no. Traeremos los animales clásicos. También procuraremos dar albergue a representaciones del Polo. Las focas, por ejemplo, tendrán un buen domicilio.

-En España no pasa de media docena el número de zoológicos. Algunos de ellos son de indudable calidad. ¿Tratarán de imitarlos?

-Procuraremos ser lo más originales posible. Pero, de todas formas, intentaremos que se parezca al que se está construyendo en la Casa de Campo de Madrid.

-Vamos a soñar. ¿Podrá llegar a ser un negocio el zoo?

-No, no creo. El Ayuntamiento cobrará una entrada y de ahí se amortizará el coste del mismo. No será, ni puede ser, un negocio. En el momento que la inversión se anule, con el dinero que se vaya obteniendo ampliaremos las instalaciones.

-¿Habrá más distracciones para los pequeños?

-Pensamos instalar un tren que atravesará el zoo. Quizás se coloquen también columpios, etc. Pero, de momento, lo importante es que para 1972, si Dios quiere, mamá osa,  'Juan', su marido, los pavos reales y 'Chita', la mamá mona, cambiarán de residencia. Porque todo es poco ya. Y no digamos los pisos, aunque sea en el mundo animal. El zoo de Zaragoza será una realidad. El tiempo no importa demasiado. Lo vital es que la idea, el proyecto, no quede arrinconado, que la ilusión surja más fuerte y más nueva cada día. La gente menuda, como decíamos al principio, también es importante.

Pues así estaba la cosa del zoo en el verano del 69. Al final no cuajó, o al menos yo no he conocido nada parecido, e imagino que las razones fueron meramente económicas. Tampoco estoy muy convencido de que Zaragoza, entonces o ahora, necesitara un zoo.

La entrevista se ilustraba con fotos de los animales que había en el parque Bruil, y que estaba previsto que se mudaran al zoo cuando éste abriera sus puertas. Gracias a eso me he enterado de que todos los animales tenían nombre: los monos eran 'Rafael', 'Chita' y 'Judy', y los osos 'Nicolasa' y 'Juan', que en ese momento acababan de perder el bebé que esperaban.

Y ahora vuelvo a pedir la ayuda de los lectores. Me gustaría saber cuándo llegaron esos animales al parque Bruil, o cuándo murió la osa, que creo que fue la última en fallecer. Seguro que HERALDO publicó algún reportaje sobre los animales del parque pero no lo encuentro, así que cualquier referencia me puede servir para tirar del hilo. Me gustaría rendir un 'homenaje' a Nicolasa, con la que algún zaragozano fue muy cruel.  

Y mañana...

Y la Reina de Saba llegó a Valdespartera

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