Ha sido una de esas coincidencias inexplicables pero gratificantes. Durante más de 30 años, el zaragozano Javier Mas ha permanecido en el olvido más absoluto en su tierra. Seguro que debido a su ausencia. Un día cogió el portante y, tras pasar una larga temporada en Inglaterra, se afincó definitivamente en Barcelona, sin dar señales de vida artística por aquí. Al menos, a su nombre, porque acompañando a la exquisita María del Mar Bonet, de la que hizo de fiel escudero en las cuerdas durante 25 años, en alguna que otra ocasión debió venir.

Y de repente, sin que uno tuviera más referencia que sus colaboraciones en los discos de Joaquín Carbonell, asoma por doble vía: una, formando parte del grupo de Leonard Cohen, bueno, maravillando en sus conciertos y en ese reciente doble CD y DVD, “Live In London”, que se acaba de publicar; y la otra, con la reciente edición de un precioso disco-libro dentro de la erudita colección de Prames, dedicada al mudéjar aragonés, y de la que me ocupaba el viernes pasado en el Muévete, fijándolo como disco destacado de la semana.

Javier ha insertado en ese trabajo cuatro piezas, evocando el arte y la vida de los 'mudayyan' hispanos a través de su inspiración creativa y de su maestría para manejar el laúd, la bandurria, la guitarra y el archilaúd. Aires arábigos procedentes de un mundo ancestral que pueden escucharse en su myspace y que corroboran lo que Joaquín Carbonell comentaba en este blog sobre su viejo amigo y maestro: “No me extraña que Leonard Cohen alucine con Javier. Es un talento casi único, fruto de una obsesión enfermiza por la música, dotado de un gusto irrepetible”.

Otro 'ilustre' lector de este blog evocaba una bonita anécdota sobre Mas en la entrada dedicada a Leonard Cohen y a la vez comentaba que había que hacer “un suplemento especial en cualquier diario para hablar de la genialidad de Javier Mas”. No es necesario, porque ya está hecho. Si no un suplemento, sí una magnífica entrevista. La hizo el estupendo profesional y amigo, Mariano García, en diciembre pasado, en Heraldo de Aragón, justamente durante la breve estancia de Javier Mas en Zaragoza para grabar las piezas del disco mudéjar. Una historia extraordinaria y hermosa que refrenda la obsesión por la música de este zaragozano, mentada por Carbonell, y que te invito y recomiendo encarecidamente que leas a continuación. Gracias mil al querido Mariano García.