Un buen riego por goteo aliviará mucho el trabajo

Práctico. Ojalá pudiéramos dedicar más tiempo al huerto, pero la realidad es que las obligaciones de la vida diaria hacen que solo sea posible acercarse un par de veces a la semana. El riego puede ser un problema si el hortelano no reside junto al huerto, por lo que un sistema de riego por goteo le ahorrará muchos disgustos. Uno de los grandes errores del principiante es comprar piezas de riego similares a las que se venden para su instalación en terrazas y pequeños jardines. Además de ser mucho más caras, se taponarán con facilidad por los terrones de barro y el goteo no será regular. Es mucho mejor optar por una manguera con agujeros y colocar los plantones y semillas donde caiga el chorro. Se puede utilizar una manguera vieja y realizar uno mismo los agujeros, pero corremos el riesgo de que sean irregulares y unas plantas reciban más agua que otras.


En viveros y grandes superficies de bricolaje venden mangueras con agujeros ya hechos que gotean unos dos litros a la hora. Esas serán las más eficaces para nuestro huerto. El programador debe tener pilas y conviene colocarlo un poco escondido, para evitar que terminen por robarlo, una de las molestias que tiene hoy en día el campo. Hasta que apriete el calor, lo mejor es programarlo para que el riego se produzca cada tres días.

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