"Competir en Zaragoza va a ser algo único; es mi ciudad, y eso lo hace especial"

"Competir en Zaragoza va a ser algo único; es mi ciudad, y eso lo hace especial"

Carmen Briceño, subcampeona del mundo en 'agility' a sus 21 años, disputará el próximo campeonato en su ciudad natal.

Magia en un entrenamiento.
Magia en un entrenamiento.
Gema Ruiz

A sus 21 años, la aragonesa Carmen Briceño, subcampeona del mundo en 2014, se ha clasificado ya para cuatro mundiales y dos europeos de 'agility'. En Luxemburgo, con apenas 19 años, se subió al podio de la mano de su mascota Magia, una shetland de cinco años y medio que entrena en la actualidad junto a Narnia, de dos, y el pequeño Malibú, de dieciocho meses.


-¿Cuándo empezó a competir?

-Empecé a los 12 años, a raíz de que mi padre tuvo que dejar de hacerlo por problemas de rodilla, y me siguió su perro. Se llamaba Broc, lo había tenido desde pequeña y, llegado el momento, me lo cedió para que empezara a competir con él. Actualmente compito con tres, las dos perritas shetland del mundial; y Malibú, que es un border collie.


-¿Heredó de su padre esa pasión por los animales?

-La verdad es que gracias a él llevo toda la vida metida en este mundo, sobre todo con el tema de los perros. Ahora estudio tercero de Veterinaria, y creo que las dos pasiones me vienen relacionadas. Siempre me han gustado los animales, y desde muy pequeña tuve claro que haría esta carrera. Mi padre me acompaña siempre a todos los campeonatos y entrenamientos; es la persona que más orgullosa está de mí porque ha sido competidor, y verme ganar es algo que lo hace muy feliz. Además, con las mascotas también tiene ese vínculo.


-¿Cómo es su día a día en el Club Agility L'Almozara?

-Al principio estuve preparándome con David Molina, pero ahora ya conozco a mis perros y tengo bastantes tablas para ir mejorando. Participo en seminarios con gente extranjera que está muy avanzanda en esta disciplina, y solemos traer a estas personas para aprender de ellos. En Europa es un deporte muy reconocido y con mucha afición, y aquí parece que está empezando a crecer de la mano del interés por estas mascotas. La gente se interesa más por cómo educar a los perros y a raíz de eso puedes ver las distintas disciplinas que hay.


-Tenía 19 años cuando ganó con España en Luxemburgo. ¿Cómo recuerda ese momento?

-Competí con Magia solo, pero fue muy emocionante. El formar equipo y ganar en equipo, te hace sentirlo distinto. Nos acompañó mucha afición y celebrarlo con ellos fue increíble. Nunca había visto a mi padre tan emocionado… Lloramos los dos como magdalenas.


-¿Se imagina ganar en su ciudad?

-Ni siquiera nos terminamos de creer que se vaya a celebrar el campeonato aquí. Mi padre y David se desviven por este deporte. Va a ser muy bonito para nosotros que se haga en Zaragoza. Es nuestra ciudad, y es especial en ese sentido. Ganar puede ser todavía más emocionante, pero solo el hecho de poder participar aquí va a ser algo único por toda la afición que va a traer de España y el resto del mundo. Tener ese sentimiento en las gradas apoyando cuando compita va a ser muy emocionante.


-¿Cuesta compaginarlo con los estudios?

-Estoy un poco a dos bandas porque tengo que estudiar y entrenar a la vez. De hecho, acabo el viernes el último examen y a la vez empieza el campeonato del mundo. Lo voy compaginando y lo llevo bien, pero tampoco quiero exceder en los entrenamientos a las perras para que vayan descansadas.


-¿Siguen una rutina especial los días previos al campeonato?

-Las llevamos entre algodones, intentamos alimentarlas muy bien y cuidarlas también físicamente para que vayan totalmente preparadas, ya no solo mentalmente -que es importante- sino también a nivel físico. Ahora que viene el mundial entreno más con Magia y Narnia, pero si no de normal suelo llevarme a los tres. Son una piña.


-¿Cómo es su vínculo con ellas?

-Para competir y entrenar, necesitamos que haya una conexión con el animal porque va completamente suelto, y eso lo podemos extrapolar no solo a la competición. Hacemos perros más educados en el resto de la vida cotidiana. Magia era una perra que tenía muchísimos miedos y competir en 'agility' le ha ayudado muchísimo. Ahora se le ve una perra feliz.


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