'Slow driving': pasión por saborear las rutas secundarias

'Slow driving': pasión por saborear las rutas secundarias

Esta filosofía de viaje consiste en disfrutar de cada minuto del viaje, sin sentirlo como un impedimento que hemos de superar para llegar al destino.

El 'slow driving' propone disfrutar del viaje en sí.
El 'slow driving' propone disfrutar del viaje en sí.

Viajar sin prisa, con las ventanillas bajadas. Dejar que el viento traiga al interior del vehículo los aromas del paisaje. Embriagarse con los colores y sensaciones de la vegetación. Sentir una a una las curvas de la carretera y disfrutar tomándolas. Ser consciente de que el viaje en sí mismo es un regalo y no un impedimento que hemos de superar para disfrutar del destino porque en realidad, el destino es la propia carretera.

El nuevo Nissan Micra, en su campaña Micra Aventuras de verano, propone una ruta diseñada exclusivamente para aquellos que saben conducir, que disfrutan con el olor del aceite y la goma, el sonido del motor y el reflejo del sol en el asfalto. Una ruta en la que no hay prisas ni velocidad, solo tiempo para conducir, pensar y disfrutar del viaje con los cincos sentidos.

'Slow driving', una nueva forma de disfrutar del viaje

La aventura comienza conduciendo hacia Valderrobres, capital del Matarraña por la A-231. Una carretera de contrastes, donde las primeras curvas nos irán sorprendiendo nada más dejar Alcañiz. Esta comarca turolense, atesora un importante patrimonio histórico, cultural y natural. Prueba de ello es que cinco municipios están declarados conjuntos históricos-artísticos: Beceite, Calaceite, La Fresneda, Ráfales y Valderrobres. La zona cuenta también con varios enclaves de arte rupestre, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y numerosos vestigios ibéricos.

En la segunda parada de esta aventura nos encontramos frente al Moncayo, para contemplarlo con la solemnidad que le otorga haber sobrevivido al paso de los años. Pero en el Parque Natural del Moncayo no solo está la cima más alta de la provincia de Zaragoza, aunque su cara norte es la más conocida, en la sur se puede disfrutar del especial encanto de bosques, glaciares y barrancos.

Ponemos fin a la aventura conduciendo rumbo a la comarca del Sobrarbe, un territorio de gran encanto gracias a las praderas que lo rodean y, en general, al paisaje que disfrutaremos a través de las ventanillas. Ubicado casi en el centro del Pirineo oscense, tiene el honor de poseer –no las montañas más altas, que están en la Ribagorza, su región vecina– pero sí parte importante de la Reserva de Ordesa-Viñamala, el Geoparque del Sobrarbe, y fiestas como los carnavales de Bielsa, citas ineludibles para visitar en distintas épocas del año la comarca.

Para tomar nota

Los pueblos del Matarraña. Un paseo encantador por cinco de sus municipios, todos declarados conjuntos histórico-artísticos. Las vistas desde el Moncayo. La cima más alta de Aragón alberga un parque natural de gran belleza donde disfrutar de bosques, glaciares y barrancos y de su variada fauna y flora. Los paisajes del Sobrarbe. Una de las mejores opciones para adentrarse en el Pirineo.