Un método pedagógico que enseña a pensar, educa el sentido crítico y forma ciudadanos

Un método pedagógico que enseña a pensar, educa el sentido crítico y forma ciudadanos

El sistema educativo francés del Lycée français Molière de Zaragoza se centra en la comprensión, el desarrollo de cada alumno a su propio ritmo y la orientación internacional de sus alumnos.

Los alumnos trabajan con proyectos en todas las áreas de la educación.
Los alumnos trabajan con proyectos en todas las áreas de la educación.
Lycée français Molière

“Observar, luego razonar y siempre dar sentido al aprendizaje”. Esas son las claves del sistema educativo francés que impera en el Lycée français Molière de Zaragoza, homologado por la Educación Nacional de Francia. Además, el centro tiene acuerdos con España para que sus alumnos obtengan la titulación en dos idiomas: francés y español. En el Lycée Molière no se olvidan del inglés: “Por supuesto hay que saber manejar el inglés, pero el francés es un 'plus' diferenciador”, asegura Christophe Gallais, director general del colegio. La directora de infantil y primaria Muriel Fabre añade que cuando el inglés es el idioma principal, no se suele estudiar una tercera lengua al mismo nivel. “En cambio, aquí se aprende francés, español e inglés con soltura”.

Una de las características que distinguen a este centro educativo es el método de enseñanza: “No trabajamos con notas, sino con capacidades. El profesor pone en marcha diferentes proyectos y organiza los aprendizajes por competencias. No trabajamos la memorización, si no la comprensión, manipulando y experimentando cada concepto. En consecuencia los alumnos de primaria no tienen más que de 15 a 30 minutos como máximo de repaso diario en casa”, explica Fabre. Al no tener deberes ni competición de notas cifradas, “los alumnos cultivan el tener una mente más abierta, se respeta el ritmo de cada estudiante y aprenden a respetar el de los demás”, afirma Gallais.

Este método educativo a través de proyectos en equipo apuesta por la formación de alumnos internacionales, con sentido crítico, capaces de pensar y razonar, y de hacerlo sobre el respeto y la igualdad. “Para nosotros los niños no son una caja que hay que rellenar de información y conocimientos, si no que tenemos que formarles para que un día sean ciudadanos del mundo, sepan pensar y expresarse por sí mismos”, declara la directora.

Multilingües desde los 3 años

Los niños son los protagonistas de su aprendizaje en el Lycée Molière ya que participan en el proceso de lo que han conseguido y, “al trabajar sobre el ritmo de cada alumno, se fomenta la autonomía y la motivación del niño”, explica la directora. El centro ofrece formación desde los tres años, edad en la que se trabaja “en asamblea para que los niños aprendan a expresarse”, dice Fabre. Es entonces cuando se les da la palabra a los más pequeños para que comiencen a razonar y a argumentar: “Se les enseña a entender el porqué y el contexto de los actos”, detalla el director general.

La eficacia de esta metodología de aprendizaje es posible en el Lycée Molière gracias a que “tenemos la suerte de contar con un equipo docente muy volcado y comprometido con el proyecto educativo”, indican desde dirección. Además, el centro dispone de más profesores que aulas, por lo que en casos específicos en los que un alumno necesita apoyo, ya sea porque presenta dificultades o porque va más allá de lo establecido, se ofrece un plan personalizado para cada caso.

Movilidad internacional para el futuro

El centro forma parte de una red de 500 colegios franceses en el mundo, lo que da la oportunidad a los estudiantes de realizar programas de intercambio. “Estas iniciativas ayudan a abrir la mente y a tener inquietud de moverse al terminar el instituto”, declara Gallais. Una de las ventajas de estos programas es que en todos los centros de la red, el programa académico es el mismo, por lo que el estas experiencias no interfieren en la formación del alumno, si no que la enriquecen porque “aprenden costumbres y otras formas de vida -dice el director-. Gracias a la formación que reciben, muchos de ellos cursan sus estudios superiores fuera de España, por lo que estudiar aquí aún les abre más puertas”. Eliminar el miedo a salir de su burbuja, su país, y aumentar la confianza en sí mismos son los aspectos que adquieren en estos programas que Fabre destaca.

El centro también participa en iniciativas como en la simulación de la asamblea de las Naciones Unidas en Madrid, donde acuden representantes de cada colegio de la red y presentan una propuesta según el país que se les haya asignado. “Así, tienen que ponerse en las situación en la que se encuentra ese país y defender sus intereses”, explica Gallais.

Las experiencias laborales de sus exalumnos son muy positivas y optimistas para los actuales estudiantes del centro. El seguimiento posterior de las personas que han pasado por el Lycée Molière revela que la mayoría de ellos trabaja en puestos de responsabilidad nacional e internacional fuera de las fronteras de España. Muchos de ellos, regresan alguna vez al centro para agradecer el trabajo de quienes fueran sus profesores.