El exjuez Baltasar Garzón ha considerado este viernes que el Gobierno no cambiará su posición en relación con la memoria histórica, frente a los cambios sustanciales que se han producido en algunos gobiernos municipales y autonómicos en España con la entrada de nuevos partidos.

Garzón, que ha clausurado la décima edición de la Semana de la Memoria Histórica, organizada por la Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad, ha instado a las asociaciones y plataformas vinculadas a la memoria histórica a seguir exigiendo justicia y reparación.

"Hay una fuerte movilización ciudadana que está consiguiendo que en gobiernos municipales y autonómicos haya cambios sustanciales", ha destacado Garzón, quien ha apuntado que se están aprobando iniciativas interesantes, gracias al cambio de grupos políticos en las instituciones.

"Cuando hablamos de justicia y reparación no se refiere a un sectarismo, a una parte contra otra, sino que las víctimas lo son y mientras no se atiendan seguimos siendo responsables de esa situación que casi por ochenta años se mantiene en España", ha apuntado.

Garzón ha reconocido que le llama la atención que haya todavía corporaciones democráticas que mantengan los nombres de personas que no respetaron la democracia.

Garzón, que ha señalado que España es el segundo país del mundo en desaparecidos, después de Camboya, ha denunciado que no haya respuesta judicial a los requerimientos de las asociaciones de la memoria histórica para buscar y exhumar a desaparecidos, salvo excepciones como la jueza de Almazán en el caso de los desaparecidos de Barcones, que inició un proceso judicial para ver lo que aconteció.

Además ha lamentado que no se atiendan los requerimientos internacionales que cuestionan la situación en España en esta materia.

"Se sigue haciendo oídos sordos desde el Gobierno y por ello tenemos que seguir gritando con más fuerza desde las asociaciones", ha asegurado.

Garzón ha apuntado que es triste que se pierda la memoria y que todavía estén clasificados documentos de 1936 y años siguientes.

El problema de la indiferencia a lo largo de la historia de la Humanidad permite que se vuelvan a repetir hechos similares, según Garzón.