"El riesgo cero en este sector no existe"

En España hay en torno a un centenar de empresas pirotécnicas. “Somos una familia”, dice el gerente de Afape, la asociación mayoritaria del sector.

Explosión del polvorín de la Pirotecnia Zaragozana.
Los bomberos de la DPZ tras la explosión en Pirotecnia Zaragozana.
DPZ

Sólo han pasado tres días desde la tragedia en la Pirotecnia Zaragozana y en el resto de empresas del sector no han podido hacer otra cosa que trabajar. Seguir con la rutina diaria con sus seis compañeros fallecidos y otros tres hospitalizados (otros tantos heridos ya fueron dados de alta) en la memoria y el miedo en el cuerpo. Son días de mucho trabajo en las pirotecnias española. Miles de pueblos ya han celebrado o están por organizar sus fiestas patronales en las próximas semanas y la inmensa mayoría quiere quemar su castillo de fuegos artificiales para disfrute de vecinos y visitantes.


“Somos una familia. Nos conocemos todos. Coincidimos a menudo. Estos días estamos todos rotos de dolor”, explica por teléfono Guillermo Rodríguez Bronchú, gerente de la Asociación Española de Fabricantes de Fuegos Artificiales (Afape), que agrupa a la mayoría de empresas del sector. Una muestra de la hermandad del sector es que Rodríguez Bronchú se interesa por saber si habrá un funeral en memoria de todas las víctimas de Pirotecnia Zaragozana una vez que se llegue a su completa identificación. Los representantes de la asociación quieren asistir a la ceremonia. 


El miedo de esta semana no es desconocido para estos trabajadores, sólo se ha multiplicado en los últimos días. Los empleados de pirotécnicas conviven cada día con el miedo. “Somos realistas: sabemos que el riesgo cero no existe”, dice Rodríguez Bronchú.


Y eso que las medidas de seguridad de las instalaciones pirotécnicas son abundantes: desde detectores sísmicos hasta detectores de presencia pasando por elementos antisabotaje y uniformes de trabajo adecuados para los trabajadores. Es el Reglamento de artículos pirotécnicos y cartuchería, aprobado por Real Decreto en el año 2010, el que ordena ampliamente todo lo relativo a la fabricación y transporte de material pirotécnico.Suspender los trabajos si hay riesgo de tormenta


Está establecida por ley hasta la distancia a la que se tienen que situar las fábricas del sector de los núcleos urbanos y cuánto material explosivo pueden almacenar. También que “cuando se forme y amenace descargar una tormenta en las inmediaciones de las instalaciones del taller, se suspenderán los trabajos en las zonas peligrosas” (artículo 47). Y es que como explica el gerente de Afape, los explosivos son muy sensibles a las condiciones ambientales: humedad, temperatura, viento... Las pirotécnicas suelen tener un departamento específico que estudia estos parámetros y determina si es aconsejable el montaje de cohetes, petardos y demás productos pirotécnicos un día determinado.


“Cada empresa tiene su forma de trabajar pero hay unas medidas de seguridad comunes a todas que son de obligado cumplimiento y que son controladas por la Administración y otras organizaciones ajenas a la empresa”, comenta el gerente de Afape. Rodríguez Bronchú afirma que Pirotecnia Zaragozana es una de las mayores de España. También una se las pocas, “si no la única”, con capital extranjero, porque la empresa situada en el término de  Garrapinillos y con sede social en el paseo de María Agustín de Zaragoza fue adquirida a principios de 2015 por el grupo francés Etienne Lacroix.

Un sector de vocación exportadora

La Comunidad Valenciana concentra el mayor número de talleres pirotécnicos (algo más del 30% de toda la presencia a nivel nacional). Hace años era Galicia la región con mayor número de empresas de este tipo. Suelen ser organizaciones familiares con años de tradición. Un trabajo no exento de gran pasión, una fascinación por la pólvora que pasa de padres a hijos.


Los fuegos artificiales españoles son apreciados también fuera de nuestras fronteras. De hecho, cada vez se exporta más. Actualmente, casi la mitad de los productos fabricados en España se venden en el extranjero.


Estos días en Bruselas se trabaja en una nueva normativa que afectará al sector. El último día para presentar alegaciones al texto es el próximo 9 de septiembre. La legislación se esfuerza por desterrar el riesgo, pero los que se dedican a este negocio, señala Guillermo Rodríguez Bronchú, saben que “el 100% de seguridad nunca se tiene”.

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