Niños, papel y paciencia en la plaza del Pilar de Zaragoza

La virgen vistió el ya tradicional manto de papiroflexia mientras los niños practicaban en la plaza.

La plaza del Pilar se ha convertido esta tarde de jueves en un improvisado taller de papiroflexia a cargo del Museo de Origami de Zaragoza.


A pesar de los más de 35 grados que marcaban los termómetros del centro de la ciudad, un buen puñado de niños -y padres- se arremolinaban entorno a la escultura de la pajarita junto a la oficina de turismo. ¿El motivo? Un pequeño taller de origami que organizaba el Museo del mismo nombre con motivo del Día Internacional de la Paz.


"Ya sabía hacer barquitos, y ahora he aprendido a hacer una rana que salta", dice Paula, una pequeña que sacó un sobresaliente en plástica. Más resignado se encuentra Anchel que cejó en el empeño después de varios intentos por construir un animal. 


Como actividad complementaria, el museo ha contado, un año más, con el placer de 'vestir' a la virgen del Pilar con su manto de papel como cada 6 de agosto desde 2007.


“¿Cómo guardarán el manto?”, le preguntaba una niña a su madre frente a la capilla de la Virgen. “Lo guardamos en una caja especial a diferencia de los habituales que se apilan uno encima del otro”, explica Jorge Pardo, director del museo que recuerda que únicamente existen tres ejemplares que no están confeccionados en tela.


El manto de color azul con dos pajaritas enfrentadas hace homenaje al oscense Ramón Acín en el día que se celebra el aniversario del desastre de Hiroshima.


Pardo, que recuerda que cada sábado y domingo se imparten talleres de origami, cuenta que "dice la leyenda que aquel que doble 1.000 grullas podrá pedir un deseo".

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