'Trueco zapatos de caballero por 6 litros de leche marca blanca'

Una zaragozana en serios apuros económicos colgó este mensaje en Facebook y casi al instante se desató una ola de solidaridad.

Beatriz Muniesa y su marido este martes  en Zaragoza
Beatriz Muniesa y su marido este martes en Zaragoza
Laura Uranga

La de Beatriz Muniesa es una historia más de la crisis económica. El mantra 'hipoteca, desempleo, embargo, precariedad' se repite en el día a día de esta zaragozana de 39 años, su marido y su hija de 10 años desde 2008. Sus desdichas, como las de muchos, comenzaron cuando en pleno 'boom inmobiliario' ella y su marido compraron un piso. Ambos tenían trabajo, pero la recesión con su cargamento de paro llegó hasta su casa. Entonces empezaron los problemas para pagar las facturas y en 2011 acordaron con el banco una dación en pago. Lejos de acabar ahí, la mala situación de la familia continuó hasta tal punto que el 16 de abril Beatriz se vio obligada a colgar un mensaje en Facebook que no deja a nadie indiferente: 'Trueco zapatos de caballero número 40 por seis litros de leche de marca blanca'.


Beatriz quería escribir este mensaje en un grupo de esta red social especializado en trueques e intercambios pero se equivocó e introdujo este mensaje en el grupo 'No eres de Zaragoza si no...', un espacio de encuentro en el que más de 4.500 personas intercambian información sobre la capital aragonesa. La publicación fue borrada del grupo a las dos horas: hubo personas que denunciaron el mensaje (quizás porque no le dieron veracidad) y el administrador no leyó el mensaje completo y pensó que se trataba de publicidad.


Sin embargo, cientos de personas ya habían visto ese mensaje y mostraron su malestar ante la eliminación del anuncio. El administrador pidió disculpas por su error y comenzó una reacción imparable para ayudar a Beatriz: el error de publicación se tornó en un golpe de buena suerte.

Colecta en un bar de San Pablo

La propietaria del Bar Cereros, situado en la calle del mismo nombre, fue una de las primeras en prestar ayuda. Ofreció su establecimiento como punto de recogida de alimentos para la familia de Beatriz el mismo día que se publicó el anuncio. Una zaragozana residente en Italia desde hace una década, emocionada por esta historia, contactó con Beatriz por Facebook y le preguntó sobre su situación y sus necesidades. Decidió crear un grupo específico para ayudar a la familia, que ahora reside en un piso de alquiler en el Arrabal.


En apenas cuatro días muchos zaragozanos han acudido al establecimiento del barrio de San Pablo con aceite, leche, pan de molde, arroz, galletas... Una carnicería del Mercado Central ha ofrecido a la familia 50 euros en carne y cada vez que algún usuario del grupo se entera de una oferta de trabajo, se lo hace saber a Beatriz para que su marido pueda presentarse a la selección.


Porque lo prioritario para esta familia es que el progenitor encuentre un empleo porque tienen muy presente que del cuarto piso viejo de 60 m2 y sin ascensor que adquirieron a precio de oro (llegaron a pagar letras superiores a 1.000 euros al mes) les echaron en 2011 por no poder seguir pagando la hipoteca y que ahora residen en una vivienda de alquiler que hace dos meses que no abonan porque el sueldo de Beatriz, que trabaja media jornada como cajera en un supermercado, no llega para todos los gastos y su marido ya no cobra ningún subsidio. Temen que llegue el momento de abandonar su casa de nuevo.


Su marido, de 42 años, es carretillero de profesión pero también ha trabajado de albañil y de repartidor. El último trabajo que tuvo fue en septiembre de 2014 y duró tres semanas. Se presenta a cualquier oferta que le llega.


A Beatriz y a su marido les mueve el deseo de dar lo mejor a su hija Ana María, de 10 años de edad. La niña es hiperactiva y tiene déficit de atención, algo que agrava la situación de dificultad que vive esta familia y que la propia Beatriz tilda de “desesperante”.

"Sé que hay personas que están peor"

“El anuncio de trueque de los zapatos era el primero de ese tipo que ponía. Aunque desde hace tiempo lo estamos pasando mal siempre he tenido la sensación de que hay gente que está peor que yo”, dice compungida Beatriz. De la propietaria del Bar Cereros y de la zaragozana que desde Italia se está desviviendo por ayudar dice que son “sus ángeles de la guarda”.


“Cuando leí su anuncio, se me atragantó la comida, empecé a llorar pensando en la de veces que mis hijos se dejan dos dedos de leche en su vaso. Sentí impotencia, frustración... Era increíble que en el 2015 alguien pudiera cambiar los zapatos de su marido para conseguir un poco de leche para su hija”, relata vía correo electrónico la zaragozana residente en Italia que prefiere mantenerse en el anonimato.


Esta mujer cuenta que gracias a este caso ha descubierto “un mundo desconocido”: el de las numerosas personas que en internet anuncian que cambian objetos personales a cambio de comida. “Saber que esta es la situación que muchas personas viven en mi ciudad, me provoca escalofríos. Quien sabe cuál sería mi situación hoy en día si yo no hubiese aceptado mi trabajo en Italia hace 10 años”, explica.


Beatriz agradece a través de la red todo el apoyo que ha recibido. Incluso colgó una foto de la pequeña Ana María bebiéndose un vaso de la leche del pack de 12 litros que generosamente algún zaragozano les había dejado en el Bar Cereros. “Poco a poco iremos saliendo”, confía Beatriz, porque la ola de solidaridad que se ha desatado en Facebook también le ha ayudado a pensar de nuevo en positivo.