'Espantahombres' y todo el repertorio para coleccionar

El Centro Cívico Universidad acoge la décima edición de la feria del coleccionismo.

Muñecas y coches de la infancia en un rincón para los nostálgicos
Muñecas y coches de la infancia en un rincón para los nostálgicos

Nostálgicos, melómanos y buscadores de curiosidades tienen este fin de semana un cita pendiente por Coleccionea, la feria del coleccionismo que durante el fin de semana se celebra en el Centro Cívico Universidad, en Zaragoza, y en la que ya es su décima edición.


Monedas, cómics, tebeos y música para los que aún se resisten a desprenderse del vinilo copan parte importante de los expositores, algunos venidos desde distintos puntos de España. "Lo raro y especial depende de cada cliente", dice Dionisio, de El Rincón de Taula, de Casetas, especializado en literatura popular, teatro y libros antiguos de literatura aragonesa sobre una afición que, está visto, no tiene cánones. Insignias, cromos, pins, pegatinas, vitolas, grabados, postales, calendarios de bolsillo, minerales, chapas de cava, programas de cine o platerías y miniaturas en madera se exhiben en este mercadillo, en el que buceando a fondo se encuentran algunas rarezas no esperadas.


"Nuestra especialidad son las curiosidades", comentan los zaragozanos de Planeta Antic, en un mostrador en el que te puedes encontrar desde un colgante-trilobites, una espada francesa de hace 200 años, un compás náutico, hebillas de capa, revistas alemanas de la Segunda Guerra Mundial o hasta puñales de liga. "A esto se le conocían como 'espantahombres'", explican.


De que el coleccionismo puede acabar siendo un saco sin fondo un buen ejemplo son los naipes. "Ha habido fabricantes que se han dado cuenta de que de que todas las barajas tienen el tanto y el palo y por la tanto sabes la carta que es, por lo que han aprovechado el espacio para hacer todo tipo de cartas", dice Juan Carlos Ruiz, llegado desde el Museo del Naipe de Oropesa del Mar, en Castellón. Con una gama casi infinita, todo el mundo puede encontrar unos naipes con los que identificarse: de espías, de arte, de grandes diseñadores, de Alicia en el País de las Maravillas, de Titanic, de cine,... y, entre las última series, las de princesas reales. "Quien tiene una baraja bonita no se desprende de ella en la vida porque son pequeñas joyas", apunta el coleccionista.


También es este un espacio para reavivar los recuerdos de infancia con la presencia de Nancys, alguna con su cama y armario, la mítica Selene a la que le brillaban los ojos, Mariquitas Pérez, y juguetes antiguos de marcas tradicionales en los que se encuentran trenes, coches o singularidades como camiones de la marca alemana Schuco.


Y frente a la nostalgia, la innovación. Entre los stands más llamativos, los modelos de ordenadores maqueados de Miguel Ángel Aguilar y su serie "Orgánicos de acero".


Esta décima Feria del Coleccionismo, de entrada libre, se ha abierto este viernes, y está se puede visitar el sábado, de 10 a 14 horas y de 16 a 21 horas y el domingo de 10 a 14 horas.


Para conmemorar está décima edición, el mercadillo contará también con animaciones infantiles, actuaciones musicales y espacios de encuentro y trueque. Además, hasta el 26 de abril se ha organizado una exposición sobre Registros del Cuplé, una amplia colección de fotografías antiguas en la que se pueden ver los retratos de algunas de las artistas más conocidas en el primer tercio del siglo XX, así como de otras menos conocidas pero que temporalmente alcanzaron cierto protagonismo, para más tarde quedar en el olvido.