Medio siglo de incógnitas sobre el incendio del tren de Grisén

El número total de víctimas -más de 100- así como otros datos relevantes "fueron ocultados".

Medio siglo de incógnitas sobre el incendio del tren de Grisén
Medio siglo de incógnitas sobre el incendio del tren de Grisén
Heraldo

La localidad zaragozana de Grisén conmemora este martes el triste aniversario de una tragedia en la murieron decenas de personas. 50 años después de la terrible tragedia ocurrida allí el 10 de febrero de 1965 aparecen nuevos datos acerca del suceso en el que perecieron, según la versión oficial, 34 personas a causa de un fuego fortuito en el que ardieron tres vagones de tercera clase que formaban parte del convoy. Testigos e investigadores del caso afirman que hubo muchos más muertos y que el incendio fue provocado.


Eran las 6.20 de la mañana del 10 de febrero de 1965 cuando el fuego comenzó en uno de los vagones de tercera que formaban parte del tren correo número 883 que hacía el trayecto Madrid-Barcelona. El incendio se inició a la altura del kilómetro 316, en el término municipal de Grisén, 1.900 metros pasados de su estación ferroviaria.


Los vecinos de Grisén acudieron a toda prisa al lugar para socorrer a las víctimas. Los vagones estaban envueltos en llamas y se vivieron momentos my dramáticos: una mujer y una niña entre el fuego, a punto conseguir abrir una ventanilla para escapar justo cuando se desplomaba el techo y las llamas las engullían ante la impotencia de quienes intentaban salvarlas. Todo se quemó en diez minutos mientras vecinos, médicos y personal de Renfe hacían todo lo posible por ayudar en el salvamento hasta que llegaron los Bomberos de Zaragoza y las ambulancias. En los momentos previos, también la Guardia Civil tuvo una actuación heroica.


Ignacio Navarro Gil, documentalista e investigador de la catástrofe, explica que "Renfe estimó que los vagones de tercera registraban un 42% de ocupación. Un dato que, descontando los heridos e ilesos, concuerda y cuadra, pero cuando hablas con los testigos y ves parte de las hojas de ruta del tren te das cuenta de que iban llenos y no cabía ni una persona más. Si hacemos un cálculo en función del máximo permitido y con la capacidad que había en el tren habría unas 180 personas desaparecidas".


Navarro asegura que el accidente "se censuró en la prensa. El Gobierno de entonces ni reconoció el accidente, no enviaron ni un pésame, tan solo el ministro de Obras Públicas asistió a un funeral pero en ningún momento ni la localidad ni los afectados recibieron un pésame oficial. En prensa solo apareció cuatro o cinco días hasta que el 17 de febrero de 1965 concluye una nota de Renfe que explica que lo que ha pasado no ha sido sabotaje, ni un error humano, ni mecánico, ni de Renfe. Se concluyo el caso sin saber nunca qué pasó".


La versión oficial apuntaba al recalentamiento de los ejes pero el investigador revela que, según ha podido saber tras entrevistar a la persona de Renfe encargada de supervisar técnicamente si había algún problema, "ahí no pasó nada. Las cajas de grasa, los ejes y los muelles estaban en perfecto estado. Fue un incendio provocado", asegura.


En opinión de Navarro la verdad pudo ser ocultada por dos razones: "En primer lugar, las víctimas eran en su mayoría emigrantes de Andalucía que se dirigían al norte de España y a Europa, cuyos únicos enseres cabían en una maleta. No tenían nada más. Nadie les iba a echar en falta -subraya-. En segundo lugar, y según algunos testimonios, pudo ser un atentado porque en ese tren había una serie de documentación que comprometía a la dictadura, y también viajaban en él una serie de autoridades y había una serie de contenidos que no debían salir a la luz".


Otra versión de los hechos apunta a un ajuste de cuentas de Francisco Gazo Sancerni, un hombre de Huesca que maltrataba a su familia -tres hijos y una mujer-, con la que viajaba en el tren y buscó la forma de provocar un incendio. "Se ha comentado que lo que hizo fue tirar a su mujer y a sus hijos al fuego para 'quitárselos de encima'. Este hombre tenía denuncias por violación, pero desaparecieron los archivos de la Policía, Cuando accedí al archivo de la Guardia Civil, abrí la carpeta y estaba vacía, no había ningún documento".


Hay muchas más incógnitas que Navarro Gil continúa investigando un suceso al que se acercó gracias al arquitecto José María Valero, gran aficionado a los trenes. "Nuestra labor es intentar devolver a la memoria a aquellas personas". Viajeros cuyo tren se detuvo de forma inesperada en Grisén y que yacen allí para siempre.