​Un Pilar abarrotado da la bienvenida a su nuevo arzobispo, Vicente Jiménez

Llamó a la renovación moral frente a la corrupción. Autoridades y fieles llenaron el templo.

Vicente Jiménez Zamora, arzobispo de Zaragoza
​Un Pilar abarrotado da la bienvenida a su nuevo arzobispo, Vicente Jiménez
Toni Galán / A Photo Agency

Vicente Jiménez Zamora es desde este domingo arzobispo de Zaragoza. El soriano tomó posesión de su cargo en una solemne ceremonia que no se quisieron perder ni los cientos de fieles que abarrotaron el templo ni las autoridades civiles (acudieron 28 cargos públicos), eclesiásticas (le acompañó el nuncio apostólico en España, Renzio Fratini, 41 obispos y arzobispos de toda España, los cardenales Santos Abril y Amigo Vallejo y diez representantes de diferentes organizaciones cristianas), así como los altos cargos del Ejército, la Policía y la Guardia Civil y los rectores de las dos universidades aragonesas.


Nacido en Ágreda en enero de 1944, Vicente Jiménez centró el mensaje de su primera homilía en la renovación moral "frente a la corrupción en una sociedad, en ocasiones, carente de valores éticos y espirituales". El hasta ahora obispo de Santander puso el papel del papa Francisco en el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba como ejemplo del camino que debe seguir la cristiandad.


Asimismo, resaltó la necesidad de promover una cultura "de la sobriedad y la solidaridad" y apuntó que la crisis económica y social no debe llevar al fatalismo ni al desaliento sino que debe ser una oportunidad para construir una sociedad "más justa y colocar a la persona humana en el centro de la cuestión social y económica". El nuevo arzobispo de Zaragoza ofreció además "diálogo y leal colaboración" para trabajar por el desarrollo integral de Aragón "en solidaridad con otros pueblos de España".


"Vengo a abrazarme a la Virgen del Pilar, a amarrarme a la Virgen, para que me ofrezca fortaleza en la fe", dijo Jiménez, quien tuvo palabras de agradecimiento para el Papa y el nuncio apostólico. El nuevo arzobispo saludó especialmente al cardenal emérito de Sevilla, Carlos Amigo, con quien le unen lazos familiares,y a su antecesor en el cargo, Manuel Ureña, presente también en el acto, "por su entrega generosa y sacrificada durante nueve años" al frente de la archidiócesis, así como para el arzobispo emérito de Zaragoza Elías Yanes.


También dedicó unas palabras a los obispos de las diócesis aragonesas: los de Barbastro-Monzón, Alfonso Milián; Huesca y Jaca, Julián Ruiz; Tarazona, Eusebio Hernández; y Teruel y Albarracín, Carlos Escribano, presentes en el acto junto al obispo de Burgo de Osma-Soria, Gerardo Melgar, así como al conjunto de fieles llegados desde la provincia soriana, de la que Jiménez es oriundo, y de Cantabria, su anterior destino. Además, dedicó palabras de afecto para la población soriana residente en Zaragoza y brindó un saludo a las autoridades políticas, jurídicas y militares asistentes al acto, a las que ha ofrecido "diálogo y leal colaboración" para trabajar por Aragón.


Previamente, el administrador diocesano, Manuel Almor, recordó que la diócesis de Zaragoza tiene 277 parroquias, 75 de ellas en la capital, y ha señalado que, "en estas últimas semanas de inquietud en el arzobispado se ha intensificado la oración" de muchas personas.


El acto público estuvo precedido por otro de corte privado en la otra catedral de la ciudad. Vicente Jiménez llegó a la Seo del Salvador sobre las 16.30, donde fue recibido por el administrados diocesano y por representantes del Colegio de Consultores, el Cabildo Metropolitano y la corporación municipal, presidida por el alcalde, Juan Alberto Belloch.


Tras besar el Lignum Crucis -la reliquia de la Cruz- y tomar el agua bendita, todos le acompañaron a la capilla del Santísimo Sacramento, donde oró unos momentos en silencio. Después, la comitiva se trasladó al Altar Mayor. Desde allí, se organizó una procesión hasta la basílica de Nuestra Señora del Pilar.


Posteriormente se acercó hasta la Santa Capilla, donde saludó a la Virgen del Pilar, patrona de la Archidiócesis, de la ciudad, de Aragón y Reina de la Hispanidad.