La Feria de Artesanía le echa ganas e imaginación y se alía con la gastronomía

La cita reúne hasta el 8 de diciembre en la sala Multiusos de Zaragoza a 103 participantes

Las piezas de joyería y bisutería son unos de los fuertes de la Feria de Artesanía Aragonesa.
La Feria de Artesanía le echa ganas e imaginación y se alía con la gastronomía
José Miguel Marco

"Frente a la crisis y la competencia solo podemos pelear con la creatividad, abriéndonos al diseño y las tendencias, y con unos precios lo más ajustado posible.

Nuestras piezas tienen que intentar ser originales y de calidad". Lo dice la ceramista Lola Royo, con un taller en Villamayor de Gállego, que ha ganado el concurso que se celebra coincidiendo con la Feria de Artesanía Aragonesa con un busto de cerámica de una mujer sin título. Acude a este certamen, que llega a su 31 edición, desde el principio, "aunque he podido fallar algún año por temas de maternidad", y para ella se trata de "una cita obligada con el público de la tierra".


En la sala Multiusos del Auditorio donde se celebra hay absolutamente de todo entre los 103 puestos que se despliegan tentadores. Los artesanos que repiten siempre intentan traer alguna nueva creación bajo el brazo, de esas que son apetecibles para regalar en estas fechas. Además, el director de Proyectos de la Asociación de Artesanos de Aragón, Alberto Carasol, constata que entre una edición y otra "hay una gran renovación de asistentes, este año tenemos unos 20 artesanos nuevos, y este movimiento lo percibe y sabe valorar la gente que acude normalmente".


La zaragozana Arancha Sanz es la primera vez que acude con su firma textil Punto y punto. Era habitual del certamen de Huesca, pero un cambio en la organización y en los precios le ha llevado a probar esta alternativa. "Yo trabajo durante la semana en casa, no tengo una tienda abierta al público y los fines de semana me suelo mover por mercadillos en el País Vasco y Navarra, principalmente", explica. Durante 15 años trabajó en un estudio de diseño que cerró sus puertas en 2008, y tras un tiempo unió su afición por la costura, la moda y el gusto por las prendas personalizadas para montar su negocio. "He venido a probar, el sábado y el domingo han estado animados, a ver lo que ocurre entre semana".


Cuando toca reorientar el oficio


Para Rodrigo de la Torre, que durante 30 años se ha dedicado a la restauración de cantería y escultura, esta es también su primera feria en Zaragoza. Viene desde Valladolid y es el cuarto salón de estas características al que asiste en España con su taller Iohannitius. Hace un año decidió reorientar su profesión "ante un mercado de la restauración que está hundido" y combinar los trabajos por encargo en piedra con las reproducciones de arte en pequeño formato con fines decorativos.


Como algo especial para estos días ha preparado una pieza con una escena del torneo que se puede contemplar en uno de los laterales del sepulcro románico de la condesa Sancha de Aragón, ubicado en el Monasterio de las Benedictinas de Jaca. Cuesta 44 euros. Nada que ver con el Tocador de Salterio que presentó al concurso, tallado en piedra natural de Bernuy, valorado en 750 euros.


De los 103 artesanos profesionales que concurren, 52 son aragoneses y el resto proceden de prácticamente todas las comunidades autónomas excepto las insulares.


Cocinar ideas


Una de las novedades de esta edición es la celebración hoy en este marco de la sexta edición de la muestra ‘Diseño a bocados’, una iniciativa que fusiona gastronomía, creatividad y artesanía. Está promovida por la Asociación de Artesanos de Aragón y la Asociación de Diseñadores Industriales de Aragón DIN-A. Hasta ahora se venía desarrollando en el mes de mayo en el antiguo Matadero. A la llamada han respondido 10 restaurantes, otros tantos artesanos y 11 diseñadores que han creado una decena de tapas presentadas en originales soportes pensados y confeccionados para cada una de ellas por los artesanos. El resultado se podrá degustar y ver hoy a partir de las 19.00 en el escenario dispuesto en el recinto de la feria.