La reina de las pistas de 'agility'

La zaragozana, Carmen Briceño es subcampeona del mundo de ‘agility’ junto a Magia, su perra 

Carmen Briceño junto a Magia y la medalla del mundial.
La reina de las pistas de 'agility'
José Miguel Marco

Un fuerte vínculo afectivo entre un perro y su dueño, una buena preparación física y una pista llena de obstáculos que ha de recorrerse en tiempo récord son los ingredientes de ‘agility’. Un deporte que practica la zaragozana estudiante de veterinaria Carmen Briceño de la Rosae y que es toda una experta, tanto que a sus 19 años se ha coronado subcampeona del mundo de agility. Título que consiguió el pasado 14 de septiembre en el Mundial de Agility que se celebró en Luxemburgo. Antes, tuvo que ganar cuatro competiciones nacionales para clasificase entre los cinco mejores de España y así poder participar en el Mundial. La clave de su éxito no reside en trucos mágicos, pero sí en Magia, su perra y leal compañera de equipo.


Hace cuatro años que Magia está en la vida de Carmen y desde el momento en que las presentaron, dueña y perra no pueden vivir la una sin la otra. "Magia siempre está a mi lado, nunca me deja sola. Lo hace todo por mi", asegura la subcampeona de ‘agility’. El interés por este deporte le vino de la mano de su padre. Este lo practicaba con su perro Broc, pero una fractura en la rodilla le impidió seguir compitiendo y Carmen atesoró su legado: "Cuando tenía 11 años mi padre me cedió a su perro, un pastor catalán". Durante años entrenó con Broc pero cuando este se hizo mayor decidió que ya era hora de comprarse un cachorro para competir con él.


Y así, llegó Magia; una Shetland Sheepdog de pelo largo tricolor (negra, blanca y marrón), de cinco kilos, y con buenísimas aptitudes para competir: "Es rápida, ágil e inteligente, cualidades imprescindibles para ganar", explica Briceño. Pero sus victorias dependen más del amor y cariño que se profesan ambas. "Lo mejor de Magia es la conexión y la confianza que tiene conmigo. Entre nosotras existen un vínculo de amistad y una comunicación muy fuerte. Nos entendemos a la perfección", señala satisfecha. 


Para poder competir es necesario que las dos estén en forma, y que sobre todo Carmen tenga buena memoria. Los jueces son implacables. Ellos dictan el recorrido de obstáculos y, en siete minutos Carmen tiene que memorizar el circuito. La prueba no suele durar más de cincuenta segundos y, en ese tiempo, Magia tiene que sortear unos 20 obstáculos sin errores. "No puede golpearse con ellos ni sobrepasar el tiempo estipulado; si lo hace, el juez penaliza por cada fallo, pero si te equivocas en el recorrido estás fuera", explica Carmen que, entre risas, confiesa sus mayores temores en la pista: "Lo peor es caerte u olvidarte del recorrido".


Para no fallar, la subcampeona del Mundo entrena duro y sale a correr con Magia varias veces a la semana. "Se puede practicar ‘agility’ en cualquier lugar; el simple paseo se puede convertir en un entrenamiento diario. Lo esencial es pasar tiempo con tu perro para crear lazos afectivos". Tan importante es la relación entre dueño y perro que, según la joven, aunque el can tenga una buena coordinación con su dueño "si no les une un fuerte vínculo no tienen nada que hacer".


El único requisito para competir es pertenecer a un club, además de tener un perro, claro. Carmen Briceño es socia del club de Agility de La Almozara, desde hace cinco años, y es el lugar donde suele ir a entrenar con Magia, aunque en la actualidad su rutina ha cambiado, ya que ha tenido que irse a Valencia a estudiar veterinaria. "Estoy un poco triste porque al estar allí no puedo entrenar todo lo que me gustaría", dice. A pesar de ello, el tándem Carmen-Magia continúa al pie del cañón y no se rinde. Nuestra subcampeona sigue su máxima a diario: cualquier lugar sirve para practicar. Así, ‘agility’ es su hobby y Magia su talismán, una combinación ganadora.