Acuchilla y golpea en la cabeza con un martillo a su tía para robarle 500 euros

La agresora inyectó una sustancia a la víctima, de 87 años, para evitar que se defendiera.
La anciana logró que su sobrina se marchara de la casa haciéndole creer que había muerto

Una mujer de 87 años ingresó el pasado domingo en urgencias del Hospital Miguel Servet tras ser víctima de una violenta agresión en la que fue acuchillada en el cuello y golpeada reiteradas veces en la cabeza con un martillo. La presunta agresora fue su propia sobrina, quien quiso persuadir a la octogenaria para que le entregara cierta cantidad de dinero y al no lograrlo intentó acabar con su vida. De hecho, parece que cuando abandonó la vivienda de su tía en La Almozara lo hizo pensando que esta yacía muerta en el suelo.Eso sí, antes de marcharse, se apoderó de 500 euros en efectivo, así como de las joyas y algunos enseres personales de la víctima.


Los hechos se produjeron el pasado día 5 en la vivienda de la octogenaria, ubicada en la calle Batalla de Bailén de Zaragoza. Según informó ayer la Jefatura Superior de Aragón, la presunta agresora, de la que no se han facilitado ni siquiera las iniciales, se presentó en casa de su tía sobre las siete de la tarde, en principio, con intención de hacerle una visita. La anciana le franqueó la entrada sin poner ningún problema, ya que se trataba de un familiar y no podía imaginarse lo que poco después iba a suceder. 


Pero una vez dentro de la casa, lo primero que hizo la sobrina fue pedir dinero a la octogenaria. Esta última le dijo que no iba a darle nada, por lo que la detenida, sin mediar palabra, sacó una jeringuilla que llevaba oculta e inyectó una sustancia desconocida a su tía. Según los investigadores, los efectos fueron inmediatos, ya que la señora quedó aturdida y sin posibilidad de defensa. La agresora se aprovechó de esta circunstancia para atacar a la víctima, que recibió graves lesiones en la cabeza.


El Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior cree que la anciana logró salvar la vida al quedarse inmóvil y hacer creer a su sobrina que había fallecido. De hecho, esperó a que su atacante rebuscara la casa en busca de dinero, joyas y tarjetas bancarias, y no fue hasta que se marchó cuando, como pudo, salió al pasillo a pedir auxilio a sus vecinos.


Los inquilinos del edificio se percataron enseguida del grave estado de la mujer y avisaron rápidamente a los servicios de emergencia, que al percatarse de su grave estado la trasladaron de urgencia a un centro hospitalario.El juez ordena su ingreso en Zuera

Al escuchar por boca de la víctima que su agresora había sido su propia sobrina, la Policía Nacional montó enseguida un dispositivo que permitió dar con esta mujer en apenas una hora en las inmediaciones de su domicilio. Temiendo que estuvieran buscándola, la agresora llegó a cambiarse de ropa y a ponerse unas gafas para pasar desapercibida. Pero de nada le sirvió, porque acabó siendo interceptaba por agentes del Grupo de Delitos Violentos.


Tras pasar tres noches en el calabozo, la detenida fue puesta ayer a disposición del titular del Juzgado de Instrucción número 7, que se encontraba de guardia y acabó decretando su ingreso en prisión provisional.