Cáritas instala 35 contenedores de ropa y quiere tener 80 a finales de año

Crea una empresa de inserción que ya da trabajo a dos exparados de larga duración, que recogen y seleccionan las prendas

Roberto Giménez y José Félix Las Heras, descargando el contenedor de ropa de Corona de Aragón.
Cáritas instala 35 contenedores de ropa y quiere tener 80 a finales de año
Asier Alcorta

Cáritas ha instalado en poco más de dos meses 35 contenedores de ropa por toda la ciudad e intentará tener 80 antes de que acabe este año dentro de su programa ‘A todo trapo’. Se trata de una iniciativa que ante todo busca crear una empresa de inserción económicamente viable que permita a parados de larga duración volver al mercado laboral. Por el momento, esta compañía ya ha contratado a dos personas, que se están encargando de descargar los depósitos y transportar la ropa recogida hasta una nave en Cuarte de Huerva, donde la almacenan y la van seleccionando.


Antonio Costa, gerente de A todo Trapo, explica que el objetivo a corto plazo es ampliar la red de contenedores para poder contratar a más gente. Una parte de las prendas recogidas se donarán a las personas necesitadas que acuden a Cáritas, otra irá el reciclaje –las que ya no sirvan se convertirán en trapos y otros productos–, y una última parte saldrá a la venta en una futura tienda de ropa de segunda mano. "Hay que intentar que la empresa sea viable a medio plazo para que se puede contratar a más personas. Los beneficios se reinvertirán en la empresa y, si hubiera un remanente, iría a otros programas de Cáritas", señala.


No obstante, la organización sigue recogiendo prendas en los roperos que tiene en algunas parroquias y el objetivo no es desterrarlos en favor de los contenedores: solo se busca que, a la larga, ambas modalidades estén coordinadas. 

Los depósitos no se encuentran en plena vía pública porque el Ayuntamiento, por el momento, no lo ha permitido –explica Costa–, pero ya pueden encontrarse en las entradas de varias parroquias, centros deportivos (Stadium Venecia y Casablanca, por ejemplo) o centros comerciales como Plaza, Augusta, Puerto Venecia o los Porches del Audiorama. 


Precisamente, Muñoz señala que los contenedores que más se llenan son los más que más cerca están de la propia calle. Y, quitando algún robo puntual, hace un balance positivo de cómo están yendo estos primeros meses. Pone como ejemplo que hay contenedores, como el de Corona de Aragón (en la foto), que hay que ir a descargar tres días a la semana (cuando están llenos contienen 140 kilos de ropa).


Los dos primeros trabajadores de esta empresa de inserción son José Félix Las Heras, de 48 años, y Roberto Giménez, de 35. El primero llevaba "más o menos "cinco años sin un trabajo continuo y reconoce que el paro le ha hecho pasar por "situaciones muy dramáticas". Roberto, por su parte, estuvo dos años sin que nadie le contratara. El gerente añade que estos empleados, al igual que los futuros, recibirán cursos de formación y asesoramiento de un trabajador social. Pero, precisamente porque se trata de una empresa de inserción –para que los parados de larga duración consigan volver a entrar en la rueda del mercado laboral–, el propósito es que su trabajo en esta compañía no se prolongue innecesariamente, sino hasta que encuentren otro empleo digno, para así dar paso a otras personas que también lo necesiten.