Belloch se hace a un lado

El alcalde no volverá a luchar por la mayor alcaldía socialista de España tras 12 años en el cargo.

El alcalde, con su equipo, minutos antes del anuncio
Belloch se hace a un lado
Efe

El próximo mes de mayo, Juan Alberto Belloch echará el cierre a tres legislaturas al frente del Ayuntamiento de Zaragoza. Tomó posesión el 14 de junio de 2003 gracias a cerca de 115.000 votos (el 33,9% del total) y este jueves, 11 años y algo más de tres meses después, anunció su voluntad de no volver a presentarse a la que hoy en día es la mayor alcaldía socialista del país, tras la debacle del PSOE en las municipales de 2011.


La despedida de Belloch, según explicó él mismo arropado por su equipo de Gobierno, tiene muchas aristas. La principal, la necesidad de un relevo generacional, algo que Belloch pidió insistentemente al ya exsecretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y que ahora le ha tocado, coherentemente, aplicarse a sí mismo.


Pero hay más. El alcalde explicó este jueves que le ayudó a tomar la decisión de no presentarse el hecho de que el proyecto de ciudad con el que llegaron a la plaza del Pilar, en gran medida, se ha materializado y a los proyectos que quedan pendientes han renunciado por la imposibilidad de conseguir el apoyo político suficiente para sacarlos adelante y, sobre todo, porque la financiación hoy es algo más que una utopía.


Sin lugar a dudas la crisis económica y la elevada deuda de la ciudad han influido en esta circunstancia y 'han maniatado' la capacidad de acción del Ejecutivo municipal en materia de infraestructuras y otros grandes inversiones.


¿Cuáles han sido los proyectos que se quedan en el tintero? El despegue definitivo de los barrios del sur, la segunda línea del tranvía o la construcción de un estadio municipal de fútbol son solo algunos de los logros que Belloch nunca podrá añadir a su currículo como alcalde de Zaragoza.


El tranvía recibía el que hasta hoy es su último varapalo pocos minutos después de que el alcalde hiciera pública su decisión. Con los votos del PP y la abstención de CHA, los estudios preparatorios de la segunda línea quedaron paralizados al menos hasta que se apruebe un Plan de Movilidad Sostenible del Área de Zaragoza.


Recientemente, el alcalde también ha tenido que asistir al revés judicial que ha sufrido el transporte en bicicleta en la ciudad, tras la sentencia del TSJA que ratifica una anterior y que establece que las bicicletas han de circular por la calzada. El mandato de Belloch ha estado marcado por la férrea apuesta por este transporte con la implantación de un servicio público de bicicletas y el desarrollo de una red ciclista en la ciudad.


En los meses que restan de legislatura el Gobierno municipal -quizás también su sucesor porque es una ardua tarea- ha de repensar la movilidad ciclista para adaptarla a la nueva realidad normativa que se dibuja tras la sentencia.


El alcalde subrayó este jueves que entre los proyectos que más le satisfacen de su etapa al frente de Zaragoza está la remodelación de Ranillas y las riberas que se llevó a cabo con motivo de la Expo Internacional de 2008.


La celebración de otro evento internacional de gran magnitud, en este caso unas Olimpiadas, parecía que estaba llamado a ser la excusa perfecta para conseguir para la ciudad un estadio municipal de fútbol a la altura de los tiempos que corren. La candidatura de Madrid para acoger los Juegos Olímpicos de 2020 incluía una posible remodelación de La Romareda, una cuestión que ha sobrevolado con distinta intensidad la etapa de Belloch en el Gobierno, como lo ha hecho la construcción de un nuevo estadio en San José.


Una y mil veces prometido, el pasado mes de enero el proyecto quedó herido de muerte cuando el TSJA anuló toda la tramitación administrativa que del estadio que se iba a construir en el popular barrio zaragozano.


De los años de Gobierno de Belloch tampoco ha conseguido San José la prolongación de la avenida de Tenor Fleta hasta la Z-30, siempre presente en la agenda municipal y de la que los vecinos llegaron a decir que “aparece y desaparece como el Guadiana”.


Algunos desarrollos urbanísticos se han quedado igualmente sobre el papel. Ha sido el caso del llamado barrio del AVE, que ahora no es más que un puñado de solares sin edificar y que han acarreado problemas económicos a los socios de Zaragoza Alta Velocidad (ZAV), y de la zona sur de Zaragoza, que con Arcosur como estandarte, no ha llega a afianzarse. El barrio hoy es solo una sombra de lo que iba a ser y, sin duda, será uno de los retos a abordar por el sucesor del primer edil al frente de los socialistas zaragozanos y por el próximo Gobierno de la ciudad, sea el que sea.