Valdefierro toma la delantera y prepara un documento que podría aprobarse en enero

Aspira a mejorar calzadas y aceras, conseguir una mejor conexión con Rosales y contempla restablecer la policía de barrio

Solares vacíos y postes en las aceras en las calles interiores de Valdefierro.
Valdefierro toma la delantera y prepara un documento que podría aprobarse en enero
Asier Alcorta

Con el objetivo de arreglar aceras, eliminar badenes y tender puentes con la parte sur del barrio, los vecinos de Valdefierro hace tiempo que vienen definiendo las que serán prioridades del Pival, esto es, el Plan Integral de Valdefierro. El concejal popular José Ignacio Senao, presidente de la junta de distrito, anunció hace unos días que en septiembre se retomarán las reuniones para dar un nuevo impulso al proyecto y que su objetivo es que pueda estar listos para su aprobación en el pleno municipal de enero.


«Es necesario un consenso amplísimo, casi unanimidad, porque estos planes no pueden tener ningún poso político que hagan que cuando gobiernen unos se apliquen y cuando lleguen otros desaparezcan», explica Senao. De hecho, el Pival se está diseñando con un marco de actuación de siete años (de 2015 a 2022) y ya ha definido las que serán sus líneas esenciales: Urbanismo, Acción Social, Medio Ambiente, Transporte y Servicios Públicos. 


En el primer apartado, los vecinos de Valdefierro consideran imprescindible dignificar las viviendas marginales que persisten en el interior del distrito y, también, habilitar un puente sobre el Canal Imperial que conecte Valdefierro con Rosales. Entre otras actuaciones de mejora, también proponen suprimir badenes, dar uso a solares vacíos y eliminar tendidos eléctricos y postes en mitad de las aceras. 


El apartado de Medio Ambiente no solo hace referencia a un mejor aprovechamiento de las zonas verdes, sino que también incluye propuestas para reducir la contaminación acústica y la polución derivada del exceso de tráfico. No obstante, una de las ideas que más debate suscitará en los próximos meses es la recuperación del cuerpo de la Policía Local de Barrio, que se desmanteló en 2003. Según Senao, la petición de su regreso es «prácticamente unánime» porque los agentes transmiten «cercanía y están al servicio de unos vecinos con los que tienen buena relación».


Sobre la dotación económica que precisaría el Pival no hay aún estimaciones, aunque el concejal popular apuesta por un presupuesto plurianual que obligue a realizar inversiones sostenidas. Lo mismo sucede con el compromiso de buscar el máximo consenso posible («para que el proyecto no muera cuando haya cambios de gobierno») y, a tal fin, ya se está trabajando con los vocales de la junta, las entidades vecinales, el centro municipal del IASS, los responsables de la parroquia de Lourdes y técnicos municipales de distintas áreas.