La DGA sacará otra vez a concurso el Parque Deportivo Ebro tras casi dos años de abandono

La Dirección General de Deportes lo licitará en breve y confía en que esta vez sí haya empresas interesadas.
El deterioro de las instalaciones se acentúa: la maleza 
ya cubre campos de fútbol y merenderos

Banquetas y extintores dentro de la única piscina olímpica cubierta de titularidad pública de Zaragoza.
La DGA sacará otra vez a concurso el Parque Deportivo Ebro tras casi dos años de abandono
A. Navarro

Año y medio después de que lo cerrara con la excusa del déficit que generaba, y en un estado de total abandono, el Gobierno de Aragón confirmó ayer que el Parque Deportivo Ebro saldrá de nuevo a concurso público. Fuentes de la Dirección General Deportes aseguraron a este periódico que se está ultimando la redacción de los pliegos y que el anuncio de licitación saldrá en el Boletín Oficial de Aragón (BOA) en breve, con la esperanza de que esta vez sí que se presenten propuestas. Precisamente, la DGA lo sacó a concurso el verano pasado, pero este se quedó desierto. No obstante, desde el Gobierno de Aragón aseguraron en su día que hubo empresas que se interesaron por gestionar este espacio y que, por ello, se estaba manteniendo conversaciones con sus responsables.


En dicho concurso, se ofertó su gestión por un canon anual de 12.000 euros a favor de la DGA. Pero todo parece indicar que la importante inversión que se tendría que hacer en este centro para ponerlo a punto dificultó que alguna empresa se aventurase a presentar una oferta en firme, ya que buena parte de sus instalaciones están obsoletas y presentaban deficiencias ya desde antes de su cierre definitivo, especialmente en las piscinas de verano.


Esta situación, que se debía a la falta de inversión, se ha acentuado todavía más en los casi dos años que el Parque Deportivo Ebro lleva cerrado y sin ningún tipo de mantenimiento: la maleza ha cubierto literalmente merenderos y bancos; han crecido arbustos en campos de fútbol y en algunas piscinas de verano; se ha desprendido parte del techo de un antiguo restaurante; e incluso hay banquetas, un extintor y el típico churro de baño dentro de la piscina cubierta (que era la única olímpica de titularidad pública de Zaragoza). «El Parque Deportivo Ebro se ha convertido en un bosque en el que crece cualquier cosa», lamenta el presidente de la Federación Aragonesa de hockey-hierba, Juan Carlos Anés. 


De hecho, de lo poco que se conserva en buen estado es el propio campo de hockey-hierba, ya que esta federación llegó a un acuerdo con el Gobierno de Aragón el año pasado para que le dejara utilizar esta zona de las instalaciones para entrenar y competir. «Es la única pista específica para este deporte que hay en Zaragoza», explica.Robos valorados en 78.000 euros

Además, este espacio sufrió varios robos las pasadas Navidades: los ladrones se llevaron tuberías y distintos elementos de las duchas de al menos dos vestuarios, incluyendo calderas. No obstante, la Policía Nacional logró detener en marzo a los cuatro presuntos autores –tres de ellos menores de edad– por estos hechos, que causaron desperfectos valorados en 78.000 euros.


Manuel Izuel, presidente de la asociación de vecinos Pablo Gargallo del barrio de La Almozara, saludó ayer la «grata noticia» de que el Gobierno de Aragón lo vaya a volver a sacar a concurso. Pero pidió que, si una futura empresa se hace cargo de su gestión, ponga unos precios «razonables» y, en su caso, especiales para los que residen en este barrio. «Somos el único distrito de Zaragoza que no tiene piscina municipal y nos sentimos discriminados. Y por ello querríamos que, si se hace cargo de él una empresa, pagáramos lo mismo que cualquier otro zaragozano por el uso de una piscina de verano pública», argumentó.


El cierre del Parque Deportivo Ebro se efectuó el 30 de diciembre de 2012 y la DGA lo justificó en su día en el déficit que generaba año tras año. De hecho, cerró su último ejercicio en funcionamiento con unas pérdidas de 1,44 millones de euros. Y el director general de Deportes, Félix Brocate, explicó que el coste diario de mantenerlo abierto era de 3.958 euros, mientras que se ingresaban 400 euros de media al día. En la actualidad, no queda ningún trabajador en todo el centro ya que, poco después del cierre, los trabajadores eventuales fueron despedidos y a los funcionarios fijos se les reubicó.