Cuando el cartón se convierte en pan

Cada vez más personas se dedican a recoger papel y cartón de los contenedores porque no encuentran empleo y necesitan dinero para lo más básico. Se enfrentan a posibles multas, gastan mucho en la gasolina de la furgoneta y apenas consiguen 20 euros por media tonelada

Cogen cartones y papel de periódico y revistas y los lanzan a la furgoneta.
Cogen cartones y papel de periódico y revistas y los lanzan a la furgoneta

Dejo que me saquéis en el periódico para que la gente se dé cuenta de que esto lo hago solo para comer y sin molestar a nadie". Manolo tiene 43 años y lleva dos recogiendo papel y cartón de los contenedores para luego vendérselo a empresas de reciclaje y ganar un dinero. Está en el paro y tiene que dar de comer a su familia y pagar el alquiler del piso y los estudios de sus hijos. "Esto no es robar –dice–. Robar es entrar en una tienda y llevarse cosas. O atracar un banco. Esto solo es coger papel y cartón, sin dañar a nadie, para sobrevivir".


Su rutina diaria es sencilla: sale con su furgoneta los siete días de la semana("los festivos también hay que comer"), sobre todo en horario de mañana. Esto no es lo habitual, ya que los que se dedican a coger cartón suelen actuar por las noches aprovechando que es el momento en que, en teoría, los contenedores están más llenos a la espera de que pasen a vaciarlos los servicios municipales.


"Yo salgo por las mañanas porque un barrendero me dijo que alguna vez los del camión de la basura llaman a la Policía", asegura Manolo, que ante todo quiere evitar una multa porque le destrozaría el mes. No obstante, cuando ha tenido una mala mañana –porque apenas ha recogido cartón–, sale también por las tardes para poder cuadrar sus cuentas.


Por cada kilo de cartón ("que pesa muy poco") consigue unos cuatro céntimos; y por uno de papel de periódico o revista, otros cinco. Lo vende en una cartonería que está cerca del Actur, a donde acude solo cuando tiene la furgoneta más o menos llena. En el caso de que tuviera 400 kilos solo de papel, obtendría 20 euros (lo mismo que sacaría por 500 de cartón). Los precios fluctúan dependiendo de la cotización de estos productos en el mercado y, de hecho, han descendido después de que estuvieran rondando los nueve céntimos por kilo en 2012.Saca 200 euros al mes

"Con esto no te haces rico –ríe–, porque realmente yo sacaré unos 200 euros limpios al mes. Esto no es un trabajo con el que sepas que vas a sacar ‘x’, depende de la suerte que tengas, de la basura que haya. Hay días que puedes sacar algo más y otros que nada. Por ejemplo, ayer este mismo contenedor estaba lleno, y hoy no hay más que cuatro o cinco periódicos. Por esa cantidad no merece la pena ni saltar dentro", dijo en referencia a una depósito ubicado en Condes de Aragón (barrio Universidad).


Con esos 200 euros llega "malamente" a final de mes: tiene que dar de comer a su familia y pagar el alquiler (vive en el barrio Oliver) y los estudios de sus hijos: "El otro día tuve que pedirle 50 euros a una amiga". En esos 200 euros limpios ya ha restado lo que se deja en gasolina, "que está muy cara".


"Hay muchísima gente que se dedica a esto. Algunos van solo con carritos de la compra. Pero yo no soy un profesional de esto –continúa–:he trabajo de matarife, en la automoción, en la construcción... Hace nada estuve podando en Logroño y sigo buscando empleo. Si no hay trabajo, uno se busca la vida como buenamente puede". En su caso, suele coger el cartón "en sitios escondidos" de los barrios de La Romareda (Universidad) y el Actur. "No te puedes poner en medio de una avenida, porque entonces te pillan seguro –apunta–. Y a mí ya me han puesto multas por meterme dentro del contenedor o por estar mal aparcado mientras trabajaba".Pérdida municipal de ingresos

Desde el Ayuntamiento señalan que son conscientes de la sustracción de cartón que se está produciendo y que este es un asunto muy complejo. Por un lado, la ordenanza de limpieza establece la prohibición de robar residuos de los contenedores, porque en cuanto se depositan pasan a ser de propiedad del Consistorio. Por otro, desde el Ayuntamiento entienden que se tiene que ser indulgente en los casos de pequeños hurtos por parte de personas con graves problemas económicos, ya que, entre otras cosas, imponerles una multa supondría para ellos la imposibilidad de pagarla dada su precaria situación económica.


Las mismas fuentes municipales apuntan que, al tratarse de hurtos y robos, las sanciones no las impone la Policía Local, sino la Nacional. El cuerpo municipal solo multaría –como le ha ocurrido al propio Manolo– por aparcar indebidamente (en doble fila o justo delante de unos contenedores), aunque esto no suele ser lo habitual.


En lo que sí incide el Ayuntamiento es en que la Policía Nacional debe luchar contra las mafias o bandas organizadas que se dediquen a una sustracción masiva de papel y cartón, así como vigilar las empresas que compran estos productos robados o de dudosa procedencia. Por último, apuntaron que estos hurtos suponen una pérdida de ingresos para el Ayuntamiento, que también vende el cartón y el papel a empresas especializadas en reciclaje. No obstante, señalan que lo que se ingresa por este concepto es una cantidad "simbólica", que no cubre ni de lejos el coste del servicio municipal de limpieza.


La cantidad de cartón y papel que recoge el Ayuntamiento de los contenedores azules se ha reducido un 26% entre 2008 y 2013, pasando de 20 millones de kilos a 15. Pero como el robo de cartón se ha disparado coincidiendo con la crisis (la expansión de estos hurtos se debe en su mayor parte a los propios problemas económicos de la familias), es imposible calcular qué parte de este descenso corresponde a los robos y cuál a la propia reducción de la actividad económica (y la consiguiente menor generación de residuos).