El cierre de bares se modera en 2014 pero destruye otros 60 negocios y 180 empleos

El sector vaticina hasta 900 nuevas contrataciones en verano, si el tiempo acompaña

La Pelouse, en el paseo de Fernando el Católico, es uno de los bares que ha cerrado en el último año.
La Pelouse, en el paseo de Fernando el Católico, es uno de los bares que ha cerrado en el último año

Continúa el goteo, pero a menor ritmo. Al menos 60 cafeterías y bares de Zaragoza han cerrado durante el primer trimestre de 2014, un 5% menos que en el mismo periodo del año pasado. Entre enero y marzo se han destruido 180 puestos de trabajo, a razón de tres empleados por local. Son cifras similares a las de 2013, un año para olvidar que terminó con 700 hosteleros en la calle. No obstante, se estima que la mitad de los locales que cerraron volvieron a abrir bajo otra dirección.


De acuerdo con la Federación Española de Hostelería, el sector ocupa a 22.900 personas en la ciudad, un dato que podría crecer hasta un 4% este verano, ya que -si el tiempo acompaña- podría haber hasta 900 nuevas contrataciones. El presidente de la Asociación de Empresarios de Cafés y Bares de Zaragoza y Provincia, Pedro Giménez, confirma que el inicio de este ejercicio ha sido "ligeramente más suave" que el del anterior en lo que a persianas bajadas se refiere, pero recuerda que la rentabilidad anual de los negocios ha caído, de media, 11 puntos y ahora ronda el 4%. El Tubo, la plaza de España y la plaza Paraíso siguen en forma y concentran buena parte de las nuevas aperturas, que podrían haber crecido "entre un 5% y un 6%" (en el Centro ha habido seis en las últimas semanas) respecto a 2013.


Desde el inicio de la crisis han desaparecido más de 50.000 bares en España. La falta de financiación sigue lastrando los traspasos. Aunque se anuncian por decenas en las webs de anuncios clasificados, pocos consiguen nuevos compradores. La horquilla de precios es amplia, aunque las propuestas mejor situadas rara vez bajan de los 120.000 euros. Se ofertan locales "en pleno funcionamiento, ya decorados, con muy buena aceptación y una ubicación inmejorable" en puntos como la calle de Don Jaime I, la plaza del Pilar o la avenida de Cesáreo Alierta. "Los bares siguen siendo refugio del autoempleo, pero cada vez son más los que abren y cierran en un mismo año", explica el gerente de Cafés y Bares, Jorge Bernués, quien recuerda que "el hecho de que haya tantos abiertos no quiere decir que todos ganen dinero".


Bernués cree que habrá más cierres a corto, medio y largo plazo "hasta que se equilibren oferta y demanda", dado que "cada vez es más difícil rentabilizar los puestos de trabajo". "Los hosteleros más veteranos aguantan como pueden para que les quede una pensión digna. Si no, hubiesen dejado el negocio hace tiempo", admite. En su opinión, a los recién llegados "les falta formación". "Piensan que esto es fácil, que consiste únicamente en saber poner una caña, pero a la hora de la verdad, apenas saben negociar", lamenta.


La caída del consumo, la descentralización de Zaragoza, la presión fiscal y el precio de los alquileres han acentuado la crisis del sector. "Ya no se cubren los gastos y muchos no llegan a final de mes", reconoce el presidente de la Asociación de Empresarios Hosteleros de Aragón, Enrique Puértolas.


Los expertos afirman que "la hostelería saldrá reforzada de la crisis", ya que los establecimientos tienden a especializarse y a desarrollar estrategias para ser más eficientes. "Antes valía todo. Ahora, sin embargo, hay que hacerlo muy bien, ofrecer precios competitivos y estar en muy buen sitio. No puedes subir los precios porque, si lo haces, la gente se va a otro sitio y ya no vuelve", explica el presidente de la Asociación de Cafés y Bares, Pedro Giménez.Un punto de inflexión

Los restaurantes parecen haber tocado fondo tras 60 meses de caída de ventas repletos de cierres emblemáticos. Septiembre fue su punto de inflexión y ahora, deberán mantener el tipo. "Quien tenía que cerrar, cerró", expone el presidente de Horeca Restaurantes, Luis Vaquer. Él dice ser "optimista, pero no triunfalista" y cree que "mayo y junio serán mejores que julio y agosto" gracias, en parte, a las comuniones y a las bodas.