Un año de la línea 1

El trazado completo del tranvía de Zaragoza cumple 365 días en los que ha modificado los hábitos de la ciudad.

El trazado completo del tranvía cumple su primer año
Un año de la línea 1

Este miércoles se cumple el primer aniversario de la inauguración del trazado completo de la línea 1 del tranvía de Zaragoza. Un año de puesta en marcha en el que el nuevo medio de transporte se ha incorporado a la realidad diaria de la ciudad, y que permite obtener las primeras conclusiones.


La más evidente de ellas, el uso masivo por parte de los habitantes de la capital aragonesa. Desde el estreno de la primera fase en 2011 -que unía Valdespartera con la plaza Paraíso- hasta el pasado 20 de marzo, los Urbos 3 han registrado 48 millones de usos. La política de movilidad aplicada por el Ayuntamiento, que despejó de alternativas el trazado eliminando líneas de bus -para disgusto de muchos usuarios-, y un recorrido que discurre por las principales vías y zonas de confluencia de la ciudad, han propiciado el éxito de viajeros.


En este último año, con la línea ya completa hasta Parque Goya, los tranvías han recorrido 1,3 millones de kilómetros -más de 2,6 desde 2011-, promediando 2.158 viajes semanales. El día de mayor afluencia hasta la fecha fue el pasado 12 de octubre, con motivo del día grande de las Fiestas del Pilar, cuando se validaron 138.000 billetes.


La parada de la plaza de España se ha convertido en este tiempo en el punto de mayor confluencia de viajeros, al promediar 12.000 usos al día, junto con la plaza de Aragón (8.000), seguidas a más distancia por las de La Romareda (6.300) y Clara Campoamor (4.400).


Como consecuencia de este volumen de clientes, y tras las críticas recibidas por parte de la ciudadanía y de la oposición política ante la saturación de los convoyes, el Ayuntamiento decidió reforzar las frecuencias de paso de los convoyes el 10 de mayo. Se mejoró el servicio ofrecido los fines de semana y en las horas centrales del día de lunes a viernes.


Un cambio integral

Pero más allá de los cambios obligados en la movilidad de la gente, el tranvía ha supuesto una transformación, en muchos casos integral, del paisaje de Zaragoza a su paso. Con el estreno de la línea completa, la fotografía del primer convoy cruzando el río Ebro fue una de las más buscadas.


Incrustar kilómetros de vías en el complejo entramado de la ciudad no era labor sencilla, y se aprovechó para ejecutar reformas urbanísticas, de mobiliario y de circulación. La Gran Vía, el paseo de la Independencia o el Coso y el entorno del Mercado Central fueron las zonas más afectadas por el lavado de cara.


No siempre los cambios fueron bien recibidos: la elección del citado mobiliario, la reforma de Independencia pocos años después de su última remodelación o los famosos bordillos en punta recibieron críticas por parte de la ciudadanía, mientras los comerciantes clamaban por el cierre de negocios derivado de las obras.


Otras actuaciones, en cambio, aceleraron la mejora de espacios que bien lo necesitaban, como el entorno de las Murallas Romanas y el Mercado Central -consulta pública mediante-, que todavía hoy continúa con los trabajos junto a la iglesia se San Juan de los Panetes.


Fase de adaptación

Este primer año de servicio completo de la línea 1 ha servido para el tranvía se vaya adaptando a la ciudad, y viceversa. Por un lado, los zaragozanos han tenido que modificar su hábitos de movilidad al nuevo medio de transporte y los conductores, compartir el espacio con los convoyes (una armonía todavía no alcanzada, como demuestran los accidentes registrados). A su vez, los problemas de ruido y vibraciones se han ido apaciguando con la costumbre diaria, o con arreglos caseros.


Y por el otro, los responsables de la sociedad mixta que lo gestiona han ido mejorando al paso de los acontecimientos el servicio ofrecido. Desde las numerosas averías (al menos 40) que se han tenido que solucionar, hasta el citado refuerzo de frecuencias, pasando por un mayor control de los accesos a los convoyes ante los casos de personas que viajan sin billete, o la posibilidad de utilizar el tranvía con una bicicleta o un animal de compañía a cuestas.


Todo encaminado a mejorar la relación entre las partes, que según las encuestas que maneja el Ayuntamiento es buena. La última reflejaba una nota media por parte de los usuarios de notable (7,57), donde los aspectos más valorados son la puntualidad, el confort, la accesibilidad y la aportación al medio ambiente. Los que menos, el servicio ofertado (6,79) y otros como el precio o la satisfacción general (6,67).


Esa misma consulta señala que el 57% de los usuarios utiliza el tranvía a diario, y de ellos, el 49% lo hace dos veces y el 43% en tres ocasiones o más.


Visitas y reconocimientos

Durante este primer año de servicio de la Línea 1 completa, el tranvía ha recibido la visita continua de delegaciones hasta alcanzar las 150 ciudades de 55 países distintos.


Asimismo, ha recibido tres nuevos premios, que se suman a los siete que ya obtuvo en la primera fase. Entre los más destacados figuran el Premio de la Unión Internacional del Transporte Público al “Mejor Proyecto de Integración Urbana 2012”, entregado en Varsovia; y el “Light Rail Awards 2012” al Mejor Proyecto Mundial del Año, entregado en Londres.


El último fue el Premio Europeo ‘Ville, Rail & Transports’, otorgado en París el 10 de diciembre. El 1 de noviembre recibió en México DF el premio Cemex Internacional, en la categoría Infraestructuras y Urbanismo. Y el 3 de octubre, la revista Actualidad Económica concedió al Ayuntamiento de Zaragoza por el Tranvía su premio a la Mejor Iniciativa Pública del Año.