El sindicato CSI-F denuncia que el ritmo de intervenciones de Cirugía General en el Hospital Provincial de Zaragoza "sólo puede alcanzar, en el mejor de los casos, un 25% de lo que venía siendo habitual hasta el 1 de marzo, al haber visto reducida a la mitad su plantilla orgánica de facultativos dedicados a esta labor y a la desaparición de la figura del cirujano de cupo y zona".

"Son cuatro los cirujanos contemplados en la plantilla orgánica del centro", explican desde la unión sindical. Sin embargo, el fallecimiento de uno de los facultativos hace seis años, que nunca fue sustituido, y la jubilación del doctor Valcarreres el pasado día 28 de febrero, han dejado al Provincial con la mitad de los efectivos con que debería contar para hacer frente a las operaciones programadas de Cirugía General y las de Urgencias.

Hasta la jubilación de Valcarreres, el número de operaciones programadas era de 10 a 12 semanales. "Tras su marcha y a la espera de que se produzca –o no, como teme CSI-F- su sustitución, esa cifra descenderá". "Más aún si se produce una baja por enfermedad de cualquiera de los dos cirujanos en activo o si disfruta, como es derecho de cualquier trabajador, de sus merecidas vacaciones o permisos. En esos casos, y así ocurrió durante toda la semana pasada, no se podrán realizar operaciones en el hospital, ni programadas ni de urgencias", apuntan. 

El sindicato subraya que "la situación se ha visto agravada por el hecho de que, desde el 1 de marzo, también han dejado de realizar intervenciones en el centro los cirujanos de cupo y zona (otras 10 a 12 operaciones por semana), al desaparecer esa figura y verse obligados a integrarse en alguna de las plantillas de cirugía de los hospitales aragoneses (había unos 70 en Aragón, parte de los cuales operaban en el Provincial)".

"Para reducir las listas de espera sólo se acuerdan de la privada"

"Esta reducción de actividad quirúrgica en el Provincial contrasta llamativamente con los repetidos anuncios de la Consejería de Sanidad de activar 'planes de choque' a través de conciertos con la sanidad privada para reducir las listas de espera. Planes de los que se sabe casi tan poco como del volumen real de los pacientes pendientes de operar en Aragón", critican.

El sindicato considera que "resultaría claramente mejor pensar primero en completar las plantillas y los equipos de la sanidad pública, permitiéndole funcionar a pleno rendimiento, antes que ir privatizando poco a poco la atención sanitaria a los ciudadanos".