Zaragoza

Nuevas pintadas en el Quiosco de la Música del Parque Grande

Vecinos y usuarios alertan de la ?suciedad, graffitis y escaso mantenimiento? que presenta uno de los rincones más visitados del parque.

Pintadas en el Quiosco de la Música del Parque Grande
Nuevas pintadas en el Quiosco de la Música del Parque Grande
T. M.

El Quiosco de la Música es uno de los mejores ejemplos del modernismo zaragozano, se construyó con motivo de la celebración de la Exposición Hispano Francesa de 1908 y desde la década de los 60, después de haber pasado por la plaza de Los Sitios y el paseo de la Independencia, forma parte de uno de los rincones más visitados del Parque Grande José Antonio Labordeta. 


Referencias más que suficientes que, según los usuarios de este pulmón verde de la ciudad, deberían suponer un mayor mantenimiento tanto de la pieza como del entorno. “Es una víctima más de los actos vandálicos. Por norma general está lleno de pintadas y firmas urbanas, sin olvidar la suciedad que se acumula alrededor”, comenta Mariano Ballesteros, que reside en la calle de Arzobispo Morcillo.


“Si multaran a quien se dedica a ensuciar, bote de graffiti en mano, las fachadas y las obras y esculturas de la ciudad, otro gallo cantaría. La seguridad de este tipo de monumentos debería estar a la orden del día. Entonces quienes practican ese tipo de arte, como lo definen algunos, no serían tan habituales”, opina Belén Martínez, usuaria del parque. “Ocurre algo similar en la Casa de Albarracín –edificio que pertenece al Museo de Zaragoza y que alberga las secciones de Cerámica y Etnología-. Raro es el lunes que aparece con la fachada limpia”, apunta la zaragozana.


“A juzgar por las latas que suele haber por el suelo, por aquí hacen hasta botellones. Si a eso le unimos las pintadas y hasta la caída de los toldos que deberían estar sobre la arcada que rodea el quiosco, la imagen que da es pésima”, comenta Almudena Moreno. “Me gusta mucho venir a este parque con mis hijos y así como hay zonas que sí están muy cuidadas, otras, como esta, en la que a mi parecer deberían destinar más esfuerzos para mantenerla en condiciones, suele estar bastante dejada”, comenta la joven.


Algo que también comparte Lidia Ramos, vecina de Romareda. “Esto no ocurre solo aquí, en el Quiosco de la Música. Hay muchos otros lugares, como la fuente de la plaza de San Francisco o la que hay en la de Emperador Carlos V que se han convertido en destinos de las pintadas de quienes, al parecer, no tienen otra cosa mejor que hacer. Quizá con sanciones económicas elevadas, directamente proporcionales al coste que conlleva la limpieza de sus actos, los vándalos se lo pensarían mejor”, dice la zaragozana.


Para la Asociación de Vecinos Arcos Iris, del distrito Universidad, la solución pasa por “extremar la vigilancia y aumentar el mantenimiento”. Según Manuel Ortiz, presidente del colectivo, “hay que diferenciar entre quienes se dedican a decorar paredes de manera artística y quienes no conocen el civismo”. “Son estos últimos los que se ceban con elementos ornamentales que están al servicio del ciudadano, como es el caso del Quiosco de la Música”, concluye Ortiz.