Calidad del agua

Las fuertes lluvias y riadas empeoran la calidad del agua de boca de Zaragoza

Vialidad y Aguas recibe numerosas quejas de vecinos por el color, el sabor y el olor del suministro de sus hogares.

El descubrimiento proporciona la primera idea de cómo el reloj regula una función fisiológica.
Más de la mitad de los zaragozanos optan ahora por el agua del grifo
ANTONIO GARCíA

Muchos zaragozanos han torcido el gesto esta semana al ver el agua que salía de sus grifos. El color, el sabor y hasta el olor del suministro dejaba mucho que desear, por lo que las llamadas de protesta al servicio de Vialidad y Aguas se han multiplicado desde el pasado lunes. Según el Ayuntamiento de Zaragoza, la causa han sido las fuertes lluvias que durante el último fin de semana se han producido en Navarra, que llegaron a desbordar el Arga a su paso por Pamplona. El Consistorio, no obstante, garantiza que el agua es potable, aunque admite que sus características no son las deseables.


El agua revuelta tras las tormentas entró en el Canal Imperial y, de ahí, pasó al sistema de captación de suministro de la ciudad. Durante toda la primavera la capital aragonesa ha estado bebiendo de este caudal, combinándolo en distintas proporciones con el agua del Pirineo que llega desde el pantano de Yesa.


Sin embargo, el agua del Canal se coló en el sistema de abastecimiento de la ciudad a principios de esta semana con unos niveles de turbidez muy superiores a los que son habituales. Llama la atención esta circunstancia, ya que otros episodios de tormentas en los cauces cercanos no han tenido consecuencias en el agua de boca de Zaragoza.


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