El Ayuntamiento de Zaragoza cargó este martes el segundo plazo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), para todos aquellos contribuyentes que tienen el tributo domiciliado. Y, tras los numerosos cambios, con un nuevo sistema de pago fraccionado y una revisión catastral, se suscitaron las dudas y el desconcierto sobre si el recibo era el correcto, especialmente tras los errores de gestión detectados hace unas semanas en un número importante de contribuciones. No en vano, el área de Hacienda confirmó el alto número de consultas de este año, aunque resaltaron que los servicios técnicos no han informado de nuevas incidencias.

La principal duda es si la cuantía abonada era la establecida, después del anticipo a cuenta que se hizo el pasado 15 de enero. A la confusión ayudó la carta informativa que remitió a los contribuyentes el pasado año el Catastro con el nuevo sistema de pago, que difiere con el contenido de la ordenanza fiscal aprobada por el Ayuntamiento.

En la misiva, que acompañaba a los nuevos valores catastrales, se indicaba que el 30 de abril se abonaría «el 50% de la cuota líquida del ejercicio en curso menos el importe del 25% ya abonado como pago anticipado». Añadía que el 30 de septiembre «se abonará el resto de la cuota líquida pendiente». Esta nota dio pie a numerosos contribuyentes a pensar que este mes les correspondía abonar el 25% del tributo, cuando en realidad era el 37,5%, aproximadamente. El Ayuntamiento se remitió a las ordenanzas fiscales, donde sí queda claros los plazos y las cuantías.

¿Cómo funciona el nuevo sistema de pago fraccionado? Según consta en las ordenanzas fiscales, el nuevo IBI, para todos aquellos que tengan el recibo domiciliado, se divide en tres plazos. De no existir domiciliación bancaria, el impuesto se abona entre el 1 de marzo y el 30 de abril.

Tres plazos

El primero de los plazos se giró el 15 de enero, por el 25% de la cuota líquida del ejercicio anterior, es decir, de 2012, cuando todavía no estaban en vigor los nuevos valores catastrales. A la cantidad resultante, que funciona como un anticipo a cuenta, se le aplicaba una bonificación del 4%.

Una vez descontado ese 25%, con la correspondiente bonificación, el resto del IBI, ya con los valores de 2013, es decir, con el impacto de la revisión catastral, se paga al 50% en dos plazos. Así lo dicen las ordenanzas fiscales: se informa de que el segundo plazo corresponde con el 50% «de la cuota líquida del ejercicio en curso, una vez minorada por el importe correspondiente al pago anticipado, en fecha 30 de abril». El restante 50% se pasará por el banco el 30 de septiembre

Como ejemplo, esto significa que a un contribuyente que en 2012 hubiera pagado 300 euros de IBI y este año le correspondieran 309, en enero tuvo que abonar 75 euros (el 25% de los 300 del pasado ejercicio), que con la bonificación del 4% se le quedaron en 72. Tras descontar esos 75 euros de anticipo, ahora en abril se cargarían 117 euros y otros tantos en septiembre hasta alcanzar los 309 euros de la cuota líquida anual.

A la confusión ha contribuido el propio proceso de revisión catastral, con un sistema de bonificaciones en función del valor de cada inmueble, y el error que se detectó hace unas semanas con un buen número de contribuyentes. En concreto, según informó el Ayuntamiento, se trataba de 3.580 casos en los que los cambios de titularidad del inmueble, por transmisión o por sucesión, habían provocado que se solicitara el pago íntegro del tributo antes del 30 de abril, como si no lo tuviesen domiciliado, pese a haber abonado el 25% en enero.

Según informó el Ayuntamiento de Zaragoza, el pasado 26 de enero se devolvieron las cuantías anticipadas en enero. Una vez reembolsado ese 25%, los afectados han tenido opción de pagar el impuesto íntegramente antes del 30 de abril o de solicitar al Consistorio el fraccionamiento en dos plazos.