Emigrantes aragoneses

"Tu casa está donde te la creas"

Virginia Guellal, ingeniera zaragozana de 45 años, se marchó a Londres en 1992. Tras un comienzo difícil, es feliz en Inglaterra, está casada, tiene una hija y trabaja como consultora.

Virginia Guellal, con su hija en Londres
"Tu casa está donde te la creas"
V. G.

Cuando Virginia Guellal llegó a Londres, en 1992, tenía 24 años y no sabía nada de inglés. Su primer trabajo fue en un McDonalds. Cuenta que al principio la adaptación le resultó dura, pero ahora es feliz y recomienda la experiencia de salir al extranjero.


Virginia se marchó de Zaragoza tras acabar la carrera de Ingeniería. "Me marché con la recesión de 1992. Había terminado la carrera y no tenía trabajo. Mi profesora de 1º de inglés en el Instituto de Idiomas me comentó que unos conocidos en Londres querían alojar a un español en casa. Estuve unos meses, regresé a España a buscar trabajo y me volví definitivamente en 1994", recuerda.


"Al principio fue duro. No sabía nada de inglés. El primer año lloré mucho. Se me acabó el dinero y mis padres me tenían que mandar algo hasta que encontré trabajo. Un día entré a un McDonalds a tomar algo y casualmente estaban buscando gente y me contrataron", cuenta.


"Desde entonces ha pasado mucho tiempo. Soy feliz, estoy casada y tengo una hija de 6 años. Trabajo para las empresas farmacéuticas más importantes del mundo como consultora. En Inglaterra hay muchísimas oportunidades, solo nos falta tener más sol. Hay muchas cosas que hacer, la gente es muy positiva y ya hasta me parto de risa con los chistes de los ingleses", comenta desde Twickenham.


Desde fuera ve "fatal" la situación de España, especialmente los casos de corrupción y las cifras del paro. No planea volver a Aragón. "Tu casa está donde te la creas. Claro que se echa de menos la comida, el sol, los amigos y la familia, sobre todo cuando hay acontecimientos buenos y malos", afirma.


Y no duda en recomendar a otros españoles que se marchen al extranjero. "Se lo digo a todo el mundo. Merece la pena. La experiencia es fabulosa y se aprende muchísimo. Hay trabajo, se aprenden idiomas, se viaja. Solo hay que echarle valentía. Sabiendo idiomas se va a cualquier parte, lo demás viene solo", asegura.