Zaragoza

El alquiler de las sepulturas en Zaragoza sube un 450%

La mayoría de las tasas municipales de servicios funerarios aumentaron un 2,7% su precio en 2013, como otros servicios municipales. Sin embargo, algunos se multiplicaron más de cuatro veces.

El cementerio de Torrero en Zaragoza
Visitas al cementerio de Torrero_5
GUILLERME MESTRE

Es un chascarrillo habitual ese que dice que, en época de crisis económica, el sector funerario es el único que se mantiene más o menos a flote porque nadie puede evitar morirse. Lo cierto es que este sector sí que está notando la crisis. Porque además de que funerales y entierros pasaron a gravarse con un 21% de IVA en septiembre de 2012, las tasas municipales relacionadas con los cementerios han ido engordando sin parar en los últimos años.


En el caso de Zaragoza capital, estos impuestos se han multiplicado en la última década. En 2003, el precio de un nicho de régimen de concesión por cinco años en el cementerio de Torrero oscilaba entre 5,75 y 44,80 euros dependiendo de su ubicación. Diez años más tarde, los nichos con mejor acceso desde el suelo cuestan 53,90 y a los que se tiene que acceder con escalera 16,20 euros, por lo que el precio de concesión de los nichos más económicos ha aumentado un 280% en 10 años.


Desde 2003, la mayoría de las tasas municipales han sido revisadas anualmente de acuerdo al IPC. La última subida aplicada, aprobada por el Ayuntamiento en octubre de 2012, fue del 2,7%. Sin embargo, algunas han experimentado una subida más allá de ese porcentaje, como el caso del precio de la sepultura ordinaria de concesión por cinco años. En 2003, su precio era de 8,50 euros. Esta tasa subía a un ritmo de entre 25 y 65 céntimos por año, pero de 2012 a 2013, subió casi 48 euros de golpe (de 13,65 a los vigentes 61,60), un 450%.


También ha subido más de un 2,7% la tasa de mantenimiento de capillas, que ha pasado de 34,65 euros en 2012 a 123,30 en 2013. Las tasas que se pagan por las exhumaciones, además de una revisión de los precios, han experimentado un cambio de modelo.


En 2012, el Ayuntamiento fijó una tasa aplicada a todas las exhumaciones de 176,40 euros. En la ordenanza de 2013 el precio de este trámite varía en función del lugar de enterramiento. Se establece una horquilla de precios que va desde los 92,45 euros de la apertura de un columbario hasta los 231,10 de un panteón o sepultura especial. Estos precios, según especifica el Consistorio, tendrán una rebaja del 40% si la exhumación es para realizar una comprobación.


Trece puntos más de IVA desde septiembre

Por si fuera poco, la revisión del IVA que realizó el Gobierno central el pasado verano, y que se materializó en septiembre de 2012, afectó a los servicios funerarios sobremanera, porque pasaron de estar gravados con un 8% a un 21%.


Tras esta subida, varios empresarios del sector en Zaragoza explicaron que les resultaba imposible asumir la totalidad de la subida y que serían los clientes quienes tendrían que pagarla en su totalidad. Meses después, se conocía que cada vez más familias aragonesas tienen que solicitar el pago fraccionado de los entierros de sus seres queridos porque no pueden afrontar los pagos.


Los precios varían mucho en función del servicio funerario contratado. Un enterramiento medio, con todos los gastos incluidos, puede rondar los 3.000 euros, según algunas cifras ofrecidas por empresas del sector.


Desalojo de nichos por impago de tasas

El hecho de que las concesiones sean a cinco y 49 años hace que, en muchos casos, los obligados a abonar las tasas se olviden de pagar. Para mitigar en lo posible esta situación, el Ayuntamiento de Zaragoza decidió, en los días previos a la festividad de Todos los Santos del año 2011, colocar unas pegatinas en las lápidas que informaban de la situación de impago. Si no se abonaban las tasas, el Consistorio desalojaría los nichos y columbarios caducados y trasladaría los restos mortales a una fosa común.


Fuentes municipales dijeron entonces, para esclarecer cualquier idea que asociara esta medida a un afán recaudatorio, que mantener las instalaciones del cementerio de Torrero acarreaba unos gastos que era necesario sufragar anualmente. El Ayuntamiento explicó que tenía registrados casos de impago que superaban las tres décadas.