“Nuestras quejas no van destinadas ni a los locales ni a quienes los regentan, porque cumplen con las medidas de seguridad obligatorias. De lo que estamos cansados es del vandalismo y de las molestias que, de noche, generan quienes salen de los bares sin respetar el sueño y el descanso de los vecinos”. Esta son las palabras de Vicente Zurriaga, un zaragozano que vive en la calle de Ricla y que exige soluciones para acabar con una situación que también les genera inseguridad.

“Hace tan solo unos días, rompieron el portal del edificio y entraron en un trastero. En otra ocasión descargaron dos extintores en el rellano de entrada y varias veces hemos tenido que echar a grupos de jóvenes que se meten en la escalera para hacer botellón”, comenta Zurriaga.

Un “malestar” que han de soportar “todos los días”, “puesto que hay algunas discotecas que abren a diario”. “Desde que se prohíbe fumar dentro de los establecimientos, el follón que se monta en la calle es insufrible. Si a esos grupos, que cantan y gritan a altas horas de la mañana, le sumamos los que se forman para beber en la misma calzada, la posibilidad de conciliar el sueño a según qué horas es mínima”, asegura Vicente Zurriaga.

No muy distinta es la situación de quienes viven en la calle de Fita. “En invierno las molestias son notables, pero en verano se convierten en insoportables. Con el calor, todavía se concentra más gente en la calle, lo que supone, para nosotros, la imposibilidad de abrir las ventanas”, comenta Laura M. C., que reside en la citada vía. “Hay gente en mi bloque que los fines de semana, siempre que pueden, dejan sus casas y se van a las de algún familiar. Es la única manera de poder descansar”, asegura la zaragozana.

Para Andrés Gutiérrez, también vecino de la zona, otro de los problemas a añadir es la suciedad. “Los fines de semana da miedo pasar por algunas calles. Una de las razones es que hay horas en las que es imposible transitar por la cantidad de gente que se concentra, como ocurre en la de Ricla, por ejemplo. Y otra es la suciedad y los malos olores, ya que muchos vomitan y orinan en cualquier portal o esquina con total impunidad”, opina el joven.

Para intentar paliar las consecuencias de lo que en ocasiones es una “auténtica masificación de gente en la vía pública”, apuntan desde la Asociación de Vecinos Puerta del Carmen, desde este colectivo han hecho varios llamamientos a la junta de distrito para la búsqueda de soluciones conjuntas. “En la última comisión de Urbanismo se nos dijo que intentarían controlar más la zona. Nosotros creemos que la solución pasa por incrementar la presencia policial”, asegura Carlos Terrer, vicepresidente del colectivo. “Hace un año, aproximadamente, se llevó a cabo este sistema en la calle de Ricla y surtió efecto. Desde luego, esperamos que las soluciones lleguen pronto”, concluyen desde la agrupación vecinal.