Iniciativa solidaria

Un matrimonio de las Delicias ayuda a familias aragonesas con dificultades

Isabel Bagüés y David Villarroya impulsaron en verano la iniciativa 'Zaragoza Solución Para El Pueblo'. Desde entonces han ayudado a más de 40 familias y cuentan con un local alquilado para tal fin con la paga extra de la jubilación de ella.

Pilar González, una voluntaria, arregla la ropa expuesta en la tienda.
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P. B. P.

Con una firme voluntad por ayudar a aquellos que lo necesitan, Isabel Bagüés y David Villarroya, un matrimonio zaragozano de las Delicias, crearon en verano la plataforma solidaria 'Zaragoza Solución Para El Pueblo'. "Meses antes -cuenta ella- una persona vino a mi casa a pedirme comida porque no tenía nada". Isabel la hizo pasar y le dio conversación y ayuda aquel día, pero al escuchar su historia creyó que debía hacer algo más para ayudar a esas familias. "Me dijo que estaba tan desesperada que incluso había pensado en tomarse un bote de pastillas ella y dárselas a los niños. Entonces sentí que debía crear este evento, recoger alimentos y hacérselos llegar a esa gente que lo está pasando realmente mal y que no puede esperar ocho meses a que la Administración les mande un cheque para comprar comida", recuerda.


A través de las redes sociales, Isabel y su marido hicieron un llamamiento solicitando alimentos para las familias, y a raíz de ahí empezaron a recibir todo tipo de donaciones, desde comida hasta pañales, ropa y material escolar, coincidiendo con el "problemático" inicio de curso.


Su casa sirvió de almacén al principio, pero pronto se quedó pequeña para albergar toda la ayuda ciudadana que iba llegando. De manera que, en diciembre, Isabel se decidió a destinar una parte del dinero de su jubilación al alquiler de un local en las Delicias donde, con ayuda de David y de su hijo pequeño, ha montado un almacén improvisado y una tienda solidaria cuya recaudación se destina mes a mes a la compra de alimentos.


"No me sobra el dinero, aunque me desprendo de parte de mi jubilación tengo a mi marido que me mantiene. Tenemos comida todos los días y estamos contentos y felices. Sé que es un dinero que podría invertir en otras cosas, pero me siento tremendamente recompensada por lo que estoy haciendo", matiza.


En su dedicación a los demás, Isabel encuentra una buena "distracción" para salir de la rutina. Una enfermedad le obligó a jubilarse anticipadamente y dejar su trabajo de jefa de cocina. Su marido, David, por su parte, trabaja 12 horas diarias, pero aún así está pendiente de ir a recoger donaciones si se les requiere o de atender a las familias a las que su mujer no llega. "Está también muy involucrado", subraya ella.

El rincón solidario, en don Pedro de Luna


En la tienda solidaria de las Delicias el matrimonio cuenta con la ayuda de Pilar González, vecina del barrio y voluntaria para llevar junto a Isabel el pequeño comercio ubicado en la calle de Don Pedro de Luna. Su familia es una de las que reciben ayuda de la plataforma. Cobra 426 euros al mes, paga el alquiler del piso y mantiene a su hijo de 15 años. "La necesidad de alimentos que tenía me hizo recurrir a ellos. Me enteré por el boca a boca, me acerqué y desde entonces aquí estoy. Necesitaba ayuda y quise ganármela", confiesa.


En la tienda se vende todo tipo de ropa y accesorios a precios simbólicos -desde 1 euro por un conjunto de ropa infantil, hasta 20 por un abrigo de la firma Desigual o 25 por una minicadena de segunda mano-. A veces se rebajan en función de lo que el cliente esté dispuesto a pagar. "Queremos que piensen que cuando entran aquí no están comprando, están haciendo una obra social", anima ella.


Con el dinero que recaudan compran los alimentos que entregan a las 40 familias registradas el día 25 de cada mes. Algunas han conseguido mejorar su situación económica y han dejado de venir. Otras son ya caras conocidas. "La relación que se genera es muy bonita. Algunas te llaman por tu nombre y otras vienen con los niños a verte a la tienda, aunque ese día no necesiten nada", señala Isabel con gesto amable. En ocasiones, cuando la necesidad apremia, también se hacen excepciones. "Tenemos un matrimonio mayor de 67 años que avaló a un hijo, se quedaron sin vivienda y ahora tienen que pagar un alquiler de 439 euros con una pension de 400 que cobra el señor. A esta familia le damos leche y galletas cada 15 días", añade Isabel.


Hasta el momento siempre han tenido el almacén lleno, y todo el que ha acudido a ellos por necesidad se ha ido con algo de comida. No obstante, subrayan el esfuerzo ciudadano que supone el cumplir con estas personas: "Con 40 familias se nos vacían las estanterías y a veces tenemos que hacer un llamamiento de urgencia a través de Facebook para que la gente que tiene se acuerde de los que no a la hora de ir a comprar".


Intercambio de favores


La ayuda de la plataforma 'Zaragoza Solución Para El pueblo' se extiende también desde la capital aragonesa a municipios de las tres provincias. Para una persona de Barbastro, reservan en el almacén de la tienda una silla de ruedas donada que vendrá a recoger otra voluntaria del municipio. Hasta Caspe hicieron llegar un horno para la cocina de una familia. Desde el Burgo de Ebro les llevaron baldosas para arreglar la fachada del local. Y la cadena de favores continúa... "La gente que te conoce te ofrece su ayuda. Te dicen: 'si necesitas ayuda para planchar, llámame'. Ahora hay un voluntario al que dimos alimentos que nos va a colocar unas baldosas que faltan en la tienda", cuenta Isabel.


Así es como poco a poco 'Zaragoza Solución para el pueblo' continúa con su compromiso de apoyar a las familias aragonesas que necesitan de la ayuda ciudadana para salir adelante. Ella le resta importancia a la labor que realizan: "Solo ayudo al que lo necesita, es lo más normal. Si tienes tiempo y un poco de corazón lo único que tienes que hacer es ayudar a una persona que está en la calle pidiendo alimentos o que acude a ti llorando porque no tiene para comer".