Navidad

Un rastrillo solidario une Ecuador y Zaragoza

La Asociación Liclicñán ha abierto un mercadillo cuyos beneficios se destinarán a actividades en los dos países.

El rastrillo, en la avenida César Augusto
Un rastrillo solidario une Ecuador y Zaragoza
S.A.

La Asociación Liclicñán ha inaugurado este sábado un rastrillo en el Hotel de Entidades de Zaragoza (Calle de Cesar Augusto 72), que permanecerá abierto hasta el próximo 16 de diciembre de 11.00 a 20.00.


Los productos a la venta son muy variados: artesanía ecuatoriana, cámaras de fotos, televisores, libros, ropa, bisutería, comida de comercio justo... Algunos son de segunda mano, donados a la asociación, mientras que otros han sido realizados por artesanos. “Es una buena forma de hacernos publicidad y colaborar”, explicaba María Lobán, que participa con los objetos de ganchillo de ‘El baúl de Mai’.


Los primeros clientes ya se han acercado a los puestos. “Todavía quedan muchos días, pero la venta va bien”, aseguraba Blanca de la Cruz, una de las organizadoras. Un ejemplo de estos primeros compradores es Amparo, para la que “hay muchas cosas chulas y muy variadas”.


Los más pequeños también podrán disfrutar de las actividades preparadas para las tardes de los fines de semana. A partir de las 17.00 se contarán cuentos de Ecuador, China y África y se realizarán juegos y talleres.


El objetivo de este bazar es conseguir financiación para los proyectos que realizan en Zaragoza y en la comunidad de Talahua (Ecuador). “Queremos acondicionar el pueblo, ayudarle a salir de la pobreza”, cuenta Juan Chimborazo, el presidente de la Asociación Liclicñán


Un programa de transporte para escolares y enfermos, la creación de una fábrica de quesos o el reparto de juguetes a los 300 niños de la comunidad son solo algunas de las actividades a las que se destinará el dinero que se recaude con el rastrillo.


Además en Zaragoza permitirá la continuidad de dos grupos de trabajo en los que adolescentes y adultos tratan problemas educativos, familiares, sociales… “Ahora algunas personas están volviendo a su país y los niños, que se han educado aquí, tienen dificultades para readaptarse y nosotros intentamos paliarlo”, indica Chimborazo.