Sala multiusos

Zaragoza, escaparate de la artesanía actual

La originalidad, calidad y exclusividad se vuelven las claves del éxito para los artesanos que asisten a la 29 Feria de Artesanía aragonesa. El certamen permanecerá abierto al público hasta el próximo 9 de diciembre de 11.00 a 14.00 y 17.00 a 21.00 horas

Nuevos puestos de cerámica, una abaniquería, una cuchillería, joyería y relojería, así como piezas elaborados con fibras vegetales, cuero, madera y hueso, son algunas de las novedades que presenta la 29 edición de la Feria de Artesanía aragonesa. Como cada año, este certamen cuenta con la participación de 106 artesanos (69 aragoneses y 37 del resto de la península). Además, dos de los puestos están destinados para la elaboración de talleres y, otros dos reúnen las obras finalistas y premiadas en el Concurso Anual de Artesanía de Aragón.


De las joyas, los complementos y la ropa, a los utensilios de cocina, los juegos tradicionales y la decoración. Todos los trabajos encuentran su sitio en esta feria, y todos tienen detrás una historia. Es el caso de María Ángeles Aranda Pérez, especializada en la elaboración de murales y cuadros de todos las temáticas y tamaños que, sin esperarlo, acabó encontrando un filón en las figuritas personalizadas. "Todo empezó cuando un amigo me pidió que le hiciese la figurita de una oveja. Acabé enganchándome a ello y ahora las hago de todas las temáticas", ha explicado. En la actualidad, son una parte más de su negocio.


La experiencia demuestra que la clave es distinguirse del resto. "La gente busca diseño y originalidad", ha asegurado Jaime Sebastián Marimón, zaragozano (con tienda en Alicante) que, desde hace tres años, acude a la feria para vender sus relojes artesanales. "Muchas veces la gente tiende a interesarse más por un reloj que por un cuadro, ya que viste más. Pocas personas se dan cuenta de cómo es la pintura que está en la pared, pero ninguna deja de mirar el reloj al entrar en la habitación", ha indicado divertido.


Y es que en cuestión de artesanía prima la originalidad, la calidad y la exclusividad, además del precio. A la cabeza de la lista está Reza Baharlou, artesano iraní que reside en Salamanca desde hace 7 años y que se ha convertido en el centro de todas las miradas con sus cajas en miniatura pintadas a mano y elaboradas al estilo persa o arabesco con pigmentos naturales sobre hueso de camello.


Otro de los puestos que más atrae la atención de los visitantes es el de José María Morla, leonés que hace 20 años dejó su trabajo la administración para dedicarse en exclusiva al trabajo del bronce. Su especialidad, la creación de figuras relacionadas con el mundo literario. Sus precios, entre los 100 y 1000 euros. Estas caraterísticas hacen de su trabajo un oficio "complejo y costoso", que alcanza su éxito en sectores sociales muy concretos. "Hay gente que valora el trabajo hecho en bronce y, al tratarse de piezas limitadas, se convierten en una buena opción para regalo. Aun así, se trata de personas con un perfil bastante concreto", ha explicado Morla.


Estas peculiaridades convierten al certamen en uno de los eventos más esperados del año. "Ante todo buscamos profesionalidad y que los productos que realicen sean artesanos. Nuestro objetivo es mostrar los mejores trabajos que se están desarrollando en el mundo de la artesanía", ha declarado Alberto Carasol, secretario y director de proyectos de la asociación profesional de artesanos de Aragón, coorganizadora de la feria junto al departamento de Industria e Innovación del Gobierno de Aragón.


Por ello, personas de todas las edades (entre ellas muchas familias) aprovechan para disfrutar, durante los nueve días que dura la feria, del mejor "escaparate" de la artesanía actual. "El trabajo artesanal se valora, pero en la época de crisis en la que estamos los precios te echan para atrás", ha confesado Domingo Albiac, incondicional de la feria que no ha olvidado alabar la "calidad impecable" de los trabajos de este año.


"Los artesanos fabricamos cosas que no son de primera necesidad, y por eso nos vemos tan afectados. Nosotras tenemos suerte, contamos con una clientela fija que siempre nos responde muy bien", ha indicado Pilar García, dueña del taller familiar 'Arte y cuero', instalado en la capital aragonesa. "Si antes vendías en una feria 100 piezas, ahora solo te compran 70. Empleamos muchas horas en hacer nuestro producto y el margen de beneficio es muy poco. Para nosotros, el descenso de ventas se nota mucho", ha reforzado Aranda.


A pesar de la situación de crisis, la mayor parte de los asistentes se mantienen optimistas. "Ahora no pasamos por nuestro mejor momento, pero existen mercados en los que mover el producto. Hasta la fecha no me arrepiento de mi decisión", ha asegurado Morla. Y cuando las cosas no funcionan bien, siempre queda probar en otros lugares. "Como el mercado de España no hay ninguno porque la gente está en la calle. Aun así, productos como el mío se valoran mucho más fuera del país, donde tienden a celebrar más ferias en sitios cerrados y acude gente con mayor poder adquisitivo", ha indicado.


La feria, que se celebra en la sala multiusos del Auditorio de Zaragoza, permanecerá abierta hasta el próximo domingo, 9 de diciembre, de 11.00 a 14.00 y 17.00 a 21.00 horas.