Zaragoza

Muebles y enseres de pisos desahuciados acaban en el mercado de segunda mano

Un zaragozano que ha trabajado limpiando unos 400 pisos tras los desahucios denuncia el negocio existente con los objetos abandonados. "No íbamos a limpiar, íbamos a saquear", afirma. Muchos bienes se han vendido en un local en San Pablo.

Basura en la calle tras la limpieza de un piso
Muebles y enseres de pisos desahuciados acaban en el mercado de segunda mano
HERALDO.ES

Muebles, electrodomésticos, radiadores y otros enseres procedentes de pisos desahuciados en Zaragoza (y otros puntos de Aragón) han acabado en el mercado de segunda mano. Tras un desahucio, los objetos que quedan en la vivienda se consideran abandonados. Varias personas que trabajan limpiando pisos se están aprovechando de estos bienes para hacer negocio.


Una red dirigida por un ciudadano español, en colaboración con un rumano, ha vaciado cientos de pisos en los últimos meses y se ha lucrado con la venta de los bienes, según denuncia un zaragozano, Víctor Ramos, que ha trabajado con ellos. Víctor ha participado en la limpieza de unos 400 pisos entre marzo y julio de 2012.


Víctor denuncia que en los últimos meses ha trabajado con P. -un español que dirigía la red- y Aurelio -un rumano que vive en el barrio de San Pablo- vaciando pisos. "Después del desalojo, P. nos llamaba a nosotros para limpiar el piso. No íbamos a limpiar, íbamos a hacer un saqueo. Nos llevábamos todo lo que tuviera algún valor: muebles, ropa, televisores, neveras, lavadoras, radiadores, enchufes, calentadores, antenas, hornos, cobre... y en algún chalé, hasta los enanos de jardín. Como pago por el servicio, Aurelio se llevaba las cosas y las vendía por su cuenta: a chatarrerías o en un local en la calle San Pablo. Y a mí, Aurelio me daba 30 o 40 euros por día de trabajo", cuenta Víctor Ramos, zaragozano de 37 años que ha trabajado con ellos, sin ningún tipo de contrato.


P. es el español que dirige este negocio, según cuentan varias personas que han trabajado para él. Heraldo.es ha intentado ponerse en contacto con él, pero no ha sido posible. "Él cobraba por un servicio de limpieza que no estábamos haciendo y por hacer fotos", afirma Víctor.


"Yo trabajaba por mi cuenta recogiendo chatarra y Aurelio me preguntó si quería trabajar con él limpiando pisos. Empecé en marzo y hemos estado vaciando pisos hasta julio. Íbamos Aurelio y yo, y a veces él llamaba a otros compatriotas suyos. Hemos limpiado unos 400 pisos en estos meses. Trabajábamos a destajo, haciendo hasta 3 y 4 pisos al día. Nuestro trabajo rozaba la delincuencia", reconoce Víctor.


El local en San Pablo

"Hemos limpiado muchos pisos este año. Desde el verano ya no. P. trabaja legal, para los bancos. Y nosotros trabajábamos para él. A mí P. no me pagaba nada, nos dejaba llevarnos las cosas para no tirarlas a la basura. Algunas cosas las he vendido, otras las mandamos a Rumanía, otras las llevamos a la chatarra y otras al punto limpio. A Víctor yo le pagaba unos 35 euros al día, le he ayudado mucho", afirma Aurelio, en su local en la calle San Pablo. "Este local es de un amigo y me lo deja", añade.


El local está en los bajos de un edificio de apartamentos. Tiene una puerta de obra y fuera no hay ningún indicativo de que eso sea una tienda. Tiene aspecto de trastero desordenado. Dentro está lleno de lavadoras, neveras, colchones, material eléctrico y pequeños muebles. "Las cosas que tengo aquí ahora no son de P.. Estas neveras me las da la gente del barrio para que las lleve al punto limpio. Las que están bien, las vendo por 40 o 50 euros", explica Aurelio.


En estos meses, Aurelio y Víctor han vaciado cientos de pisos embargados: desde inmuebles muy deteriorados hasta chalés con muebles buenos y ropa en los armarios. La basura la dejaban en la calle o escondida en la misma casa. "Algunos pisos estaban destrozados y solo se podía sacar unos 100 euros en chatarra. Pero de otros, más de 1.000 euros, entre la venta de segunda mano y la chatarra. Lo sé porque yo iba a llevar las cosas a la chatarra. Por ejemplo, los radiadores se pagan muy bien, a 2,40 euros el kilo. En una casa desmontamos un radiador de 80 kilos. Y también he montado electrodomésticos procedentes de los desahucios en pisos y hasta hoteles", cuenta Víctor.

Catorce desalojos diarios en Aragón

En Aragón se producen unos 14 desalojos diarios, según los datos del Consejo General del Poder Judicial. En el primer trimestre del año se registraron 1.309 desahucios, cuando en todo el año pasado fueron 1.639. Haciendo una proyección, se puede llegar a más de 5.000 desahucios al final del año en Aragón.


"Es muy triste ir a las casas y ver la vida de la gente: las cartas del banco, sus fotos, la ropa... Me sentía mal con este trabajo, como un intruso o un mercenario. Lo hice porque necesitaba el dinero. Yo solo he cogido alguna cosa puntualmente: una mochila y una linterna. Quiero contarlo para que se sepa, no tanto por la legalidad, sino por la inmoralidad. Hay gente lucrándose con la desgracia ajena", reflexiona Víctor.


Dudas legales

Según varias empresas de gestión de activos consultadas (se encargan de gestionar pisos procedentes de desahucios), es habitual que tras un desahucio, la empresa de limpieza o el cerrajero contratados por el banco se lleven los bienes que han quedado abandonados.


"En muchos casos, tras el desahucio, el banco solicita a una empresa externa la limpieza de la vivienda. Esta se lleva los muebles y vacía el piso, pero no se trata de una limpieza a fondo", explican en una empresa de gestión de activos de Zaragoza.


"Normalmente, lo que queda en los pisos tiene poco valor. A la entidad financiera le interesa que el piso esté vacío. Lo que hagan la empresa de limpieza o el cerrajero con lo que ha quedado es cosa suya, no es ilegal", apuntan desde otra empresa.


Varios abogados consultados explican que los bienes que quedan en un piso tras un desalojo se consideran abandonados a todos los efectos y pasan a ser propiedad del nuevo dueño (el banco, en este caso). "Si el inmueble que haya de entregarse hubiere cosas que no sean objeto del título, el Secretario judicial requerirá al ejecutado para que las retire dentro del plazo que señale. Si no las retirare, se considerarán bienes abandonados a todos los efectos", dice el artículo 703 de la Ley de Enjuiciamiento Civil.


Qué se puede hacer después con esos bienes plantea algunas dudas. "El tema tiene muchos matices. ¿Qué puede hacer el banco con esos bienes. En principio y con ciertas limitaciones, lo que quiera, porque se consideran abandonados a todos los efectos. ¿Puede disponer una empresa a la que se le encargue la limpieza de dichos bienes? Depende de lo pactado entre el banco y la empresa. Además, pueden presentarse conflictos de difícil solución atendiendo a la procedencia del bien que se encuentra en el inmueble en aquellos supuestos en los que el bien pertenece a un tercero o son de procedencia ilícita", afirma Raquel Pardos, abogada del Colegio de Zaragoza.


"Una empresa de limpieza contratada para limpiar un piso tras un desahucio no es propietaria de los bienes que haya en su interior. Si estuviera vendiendo los muebles a espaldas del banco sería un delito por tratarse de una venta no autorizada. Depende del tipo de contrato que tengan el banco y la empresa", afirma Chabier Mallor, abogado del Colegio de Zaragoza. Para hacer las cosas correctamente -apunta- se debería hacer un inventario de los bienes que haya en los pisos desalojados.


Otro aspecto legal es en qué condiciones se está produciendo la venta. Parte de los bienes procedentes de pisos desahuciados se han vendido en un local en la calle San Pablo. "La venta en este local podría estar incurriendo en infracciones urbanísticas, tributarias y hasta en un delito contra la hacienda pública por evadir impuestos si se superaran unos determinados límites", afirma Chabier Mallor.