Ola de calor

Remedio para un día de temperaturas máximas

Las fuentes de la capital aragonesa se llenaron de bañistas en un día en que Zaragoza casi alcanzó máximos históricos.

Las fuentes de la Expo tienen mucho éxito entre los más pequeños.
Remedio para un día de máximas
P. B. P.

El intenso calor que azotó este sábado a la capital aragonesa contribuyó a que ciudadanos y turistas se refugiaran en las fuentes de la ciudad para soportar mejor las altas temperaturas, que rondaron los 42 grados.


En la Plaza del Pilar, los que estaban de paso recurrían a ellas para aliviar su "sofoco" bien mojándose los pies o -en el caso de los más pequeños- dándose un baño. "Cuando nos hemos querido dar cuenta ya estaban metidos en la fuente", señalaba José Luis Rodríguez, un asturiano de Gijón recién llegado con su familia a la capital aragonesa tras una semana de crucero por el Mediterráneo. "Aquí hace más calor que en cualquiera de las ciudades en las que hemos estado. Es la misma sensación que si entras en un baño turco y te viene toda esa sensación de agobio", describió Chary Álvarez, su mujer.


A unos metros, un grupo de jóvenes sevillanos salían del agua empapados tras darse un buen chapuzón en la fuente de la plaza del Pilar. "Íbamos a ir a las piscinas pero hemos preferido esto porque es más barato", comentaba entre risas uno de ellos.


A pesar de que la normativa municipal prohibe el baño en estas instalaciones, las fuentes ornamentales se convierten en los días de calor en una socorrida alternativa para los que están de paso, pero también para aquellos que no pueden pagarse el baño. Jesús Nolla, en el paro y con dos hijos, se preguntaba quién se permite "el lujo" de pagar a diario la entrada a las piscinas. "Yo si me coge este calor aquí vengo, porque al Ebro ni pensarlo", contaba mientras se refrescaba los pies sentado en una de las fuentes de la Plaza.


Baño multitudinario en la Expo


También en la fuente de chorros verticales de la Expo había bañistas habituales procedentes de Las Delicias, el Arrabal, La Almozara y el Actur. "Preferimos las piscinas pero, como no hay perras, venimos aquí", señalaba Vanessa Orte, una vecina del Actur que vigilaba cómo sus pequeños se divertían.


Desde el quiosco de Luna Nueva aseguran que la zona recibe una afluencia masiva de familias que aprovechan y pasan el día. "Ahora que hace este calor vienen directamente a bañarse con sus toallas, sus neveras y todo. Es como una piscina esto", explicaba Mojca Celec, responsable del establecimiento al que a menudo, afirma, "acuden pidiendo tiritas porque hay muchos accidentes".


Otra de las fuentes en Ranillas la llenaban más de veinte "fieles" de una iglesia evangélica de Torrero que, tras visitar el Aquario, habían decidido parar a darse un baño. "Hemos venido más que nada por los niños, que estaban asfixiados, y no se puede estar aquí sin mojarse", comentaba una madre. "Si no tienes dinero para ir a las piscinas, por lo menos que los hijos no pasen calor", apostillaba su amiga. Ambas reivindicaron que se rebaje el precio de las entradas a las piscinas municipales para "poder ir también allí en familia".