Zaragoza

El nuevo 'skyline' de la ribera genera polémica

Varias asociaciones critican la construcción de un edificio cuyo esqueleto se levanta junto a Helios, mientras la constructora y el arquitecto defienden el valor del proyecto.

Construcción del River Hall Center, junto a Helios
Edificio River Hall Center
GUILLERMO CALAHORRA

La construcción de un nuevo edificio en la ribera del Ebro ha provocado la indignación de vecinos del Actur, ecologistas y defensores del patrimonio aragonés. El inmueble, construido por la empresa De Luis & asociados en un terreno situado entre el C. N. Helios y el puente de la Almozara que fue cedido por el Ayuntamiento a este club deportivo, ha crecido al mismo ritmo que la estupefacción de sus detractores, quienes aseguran que “daña el paisaje de la ribera”, “no se corresponde con el proyecto inicial” e “incrementa el riesgo de daños en caso de crecidas del Ebro”.


La empresa constructora, sin embargo, asegura que se han cumplido escrupulosamente las normas de Urbanismo, Patrimonio y de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), pues la parcela se encuentra en la denominada zona de policía del río. “Edificar ahí no ha sido sencillo, ya que había que ajustar todo a los parámetros de la Confederación”, aseguran desde De Luis & asociados.


“Está todo calculado para que no haya ningún problema incluso si se produce la mayor crecida del Ebro en los últimos 100 años”, puntualiza una constructora que no cree que el impacto visual del edificio sea negativo para Zaragoza: “Por su situación, acabará convirtiéndose en un edificio emblemático para la ciudad”.


Pero los permisos y autorizaciones a los que se acogen los encargados del proyecto no han conseguido calmar a los vecinos del barrio, que ya denunciaron la situación en el último pleno del distrito. “Cuando nos enseñaron los primeros bocetos, el edificio no era más alto de dos o tres plantas”, asegura Emilio Rodríguez, presidente de Asociación de Vecinos Rey Fernando, quien se queja de la falta de información. “Nos hemos encontrado con esa mole a pocos metros del Ebro y aquí nadie sabe nada”, indica Rodríguez.


También Apudepa (Asociación de Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés) destaca el impacto negativo del River Hall Center -así ha sido bautizado el edificio- sobre el paisaje de la ciudad. “Esta construcción no solo afecta a la armonía de la ribera y a la visibilidad de los vecinos de la zona”, comienza Carlos Bitrián, portavoz de esta asociación, quien mira más allá de la estructura de hormigón que en pocos meses se convertirá en un centro deportivo y de ocio con un embarcadero para deportes náuticos, un restaurante y salones para la celebración de fiestas y banquetes. En concreto, Bitrián fija la vista en la basílica del Pilar: “El River Hall Center va a impedir la visión del mayor reclamo visual e icónico de Zaragoza desde numerosos puntos de la margen izquierda. No han tenido ni el más mínimo cuidado con una de nuestras referencias turísticas y culturales”.


Además de destacar el impacto visual del edificio, los ecologistas advierten del peligro de construir tan cerca del Ebro. “Una cosa es hacer un equipamiento imprescindible para la gestión de la ribera o el río, como un embarcadero o un puente, y otra muy distinta es levantar un inmueble de esas proporciones”, indica Jesús Maestro, miembro de la Asociación Naturalista de Aragón (Ansar): “Cerrarle el espacio al río es un riesgo para toda la ciudad, ya que podría desencadenar daños mayores en otras zonas en caso de crecida”.

Un edificio "a prueba de crecidas"


Un factor que sí asegura haber tenido en cuenta el arquitecto del River Hall Center, Enrique de Luis: “Hemos tenido que modificar el proyecto hasta el cuatro ocasiones para cumplir todos los requisitos de Urbanismo, Patrimonio y, sobre todo, la CHE. Uno de ellos era no obstruir el caudal en caso de crecida, por lo que la parte baja del edificio se destinará al almacenamiento de material de Helios. Si el río se desbordara, el agua podría entrar sin oposición en toda esta zona”. De hecho, De Luis ha tenido que ingeniárselas para aprovechar al máximo el espacio sin incumplir las rigurosas normas de la Confederación.


Una parte del edificio sobresale casi ocho metros sin pilares para permitir que el río discurra sin problemas en caso de avenidas excepcionales”, asegura el arquitecto, quien también ha intentado minimizar el impacto visual de su obra sobre el paisaje de la ribera.


Y, aunque el edificio solo contará con cuatro plantas de altura, el esqueleto del River Hall Center enseña a Zaragoza un total de seis pisos. “El forjado puede llevar a engaños, ya que hay una entreplanta y en el piso superior se situará toda la maquinaria para que, al contrario de lo que ocurre en otros edificios, no se vean desde el exterior”. Los detractores de la obra, sin embargo, aseguran que la altura -de 23 metros, según De Luis- será la misma independientemente del uso de las plantas.